El Papa que debería venir según un cardenal cercano a Benedicto XVI
Kurt Koch dice que “debe tener profunda fe, sólida doctrina, carisma y capacidad para gobernar". No descarta que sea negro o latinoamericano. Y afirma que la decisión de Ratzinger, da libertad a los próximos pontífices para renunciar.
El cardenal Kurt Koch, un cercano asesor del Papa Benedicto XVI que podría votar para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica, dijo que existía la posibilidad de que el nuevo pontífice provenga de América Latina o Africa.
Koch, jefe del departamento del Vaticano que aborda temas de unidad cristiana y la relación con los judíos, también dijo que no tenía dudas respecto a que el Papa Benedicto XVI renunciaría en lugar de gobernar de por vida, y sostuvo que los próximos pontífices deberían tener la libertad para hacer lo mismo.
"Los desafíos de la Iglesia en el mundo son muy diferentes en diversos continentes: en Africa, en Asia, en Latinoamérica. La pregunta es ''''''''''''''''''''''''''''''''¿Dónde serán mayores los desafíos?, ¿En qué continente?, si debería haber un Papa para América Latina o para Africa", dijo Koch en una entrevista con Reuters.
"Puedo imaginar que tomemos pasos hacia la elección de un Papa negro, un Papa africano o uno latinoamericano. Puedo imaginármelo", aseveró.
Koch, un religioso suizo de 62 años, es uno de los 117 cardenales menores de 80 años elegibles para ingresar al secreto cónclave que escogerá al próximo Papa, un evento que se espera comience a mediados de marzo.
Ha habido una extendida especulación en la Iglesia respecto a si el hombre que sucederá a Benedicto XVI debería ser un religioso de fuera de Europa, algo que podría concretarse por primera vez en más de un milenio.
Mientras que la institución está polarizada y tiene congregaciones menguantes en Europa, la Iglesia está creciendo en Africa y en América Latina sigue habiendo comunidades vastas y vibrantes pese al surgimiento de numerosos grupos protestantes evangélicos.
Existen numerosos candidatos de importancia de fuera del Viejo Continente.
Entre los latinoamericanos se incluyen al brasileño Odilo Scherer, el arzobispo de la Diócesis de Sao Paulo, y al argentino Leonardo Sandri, quien trabaja en el Vaticano y cuyos padres son de origen italiano.
Peter Turkson de Ghana, jefe del departamento de paz y justicia del Vaticano, es a menudo señalado como el candidato favorito de Africa.
La Iglesia ha tomado un fuerte impulso en Filipinas, el mayor país católico en Asia y es el lugar de nacimiento de un cardenal a menudo mencionado como candidato para el papado: Luis Antonio Tagle.
Cuando se le pidió que brindara una descripción de cómo debería ser el próximo Papa, Koch hizo una pausa de unos segundos y luego respondió: "Creo que cada Papa debe tener cuatro cualidades: primero que todo, una profunda fe; luego, una sólida doctrina; carisma y capacidad para gobernar".
El próximo Papa, cualquiera sea su edad, podrá gobernar de por vida si así lo desea, al igual que la mayoría de sus predecesores, o renunciar por razones de salud, señaló Koch.
Koch, jefe del departamento del Vaticano que aborda temas de unidad cristiana y la relación con los judíos, también dijo que no tenía dudas respecto a que el Papa Benedicto XVI renunciaría en lugar de gobernar de por vida, y sostuvo que los próximos pontífices deberían tener la libertad para hacer lo mismo.
"Los desafíos de la Iglesia en el mundo son muy diferentes en diversos continentes: en Africa, en Asia, en Latinoamérica. La pregunta es ''''''''''''''''''''''''''''''''¿Dónde serán mayores los desafíos?, ¿En qué continente?, si debería haber un Papa para América Latina o para Africa", dijo Koch en una entrevista con Reuters.
"Puedo imaginar que tomemos pasos hacia la elección de un Papa negro, un Papa africano o uno latinoamericano. Puedo imaginármelo", aseveró.
Koch, un religioso suizo de 62 años, es uno de los 117 cardenales menores de 80 años elegibles para ingresar al secreto cónclave que escogerá al próximo Papa, un evento que se espera comience a mediados de marzo.
Ha habido una extendida especulación en la Iglesia respecto a si el hombre que sucederá a Benedicto XVI debería ser un religioso de fuera de Europa, algo que podría concretarse por primera vez en más de un milenio.
Mientras que la institución está polarizada y tiene congregaciones menguantes en Europa, la Iglesia está creciendo en Africa y en América Latina sigue habiendo comunidades vastas y vibrantes pese al surgimiento de numerosos grupos protestantes evangélicos.
Existen numerosos candidatos de importancia de fuera del Viejo Continente.
Entre los latinoamericanos se incluyen al brasileño Odilo Scherer, el arzobispo de la Diócesis de Sao Paulo, y al argentino Leonardo Sandri, quien trabaja en el Vaticano y cuyos padres son de origen italiano.
Peter Turkson de Ghana, jefe del departamento de paz y justicia del Vaticano, es a menudo señalado como el candidato favorito de Africa.
La Iglesia ha tomado un fuerte impulso en Filipinas, el mayor país católico en Asia y es el lugar de nacimiento de un cardenal a menudo mencionado como candidato para el papado: Luis Antonio Tagle.
Cuando se le pidió que brindara una descripción de cómo debería ser el próximo Papa, Koch hizo una pausa de unos segundos y luego respondió: "Creo que cada Papa debe tener cuatro cualidades: primero que todo, una profunda fe; luego, una sólida doctrina; carisma y capacidad para gobernar".
El próximo Papa, cualquiera sea su edad, podrá gobernar de por vida si así lo desea, al igual que la mayoría de sus predecesores, o renunciar por razones de salud, señaló Koch.
Influyentes teólogos también esbozan características del sucesor
Un documento avalado por Küng, Calsaldáliga y Knitter, entre otros, afirman que: "La nacionalidad no es importante, con tal de que no se caiga esclavo de la Curia".
Los teólogos han descrito lo que el sucesor de Benedicto XVI debería ser entre otras cosas, capaz de reformar la Curia romana. En un documento que hasta ahora ha sido firmado por dos mil teólogos de todo el mundo, cuenta entre sus primeros firmantes a los teólogos de prestigio como Paul Knitter, Monseñor Calsaldáliga, Hans Küng, Leonardo Boff y Phan Peter Collins.
El próximo Papa se le está pidiendo a combatir el "estancamiento" y la resistencia en contra de sectores de la jerarquía de la Iglesia que están obstaculizando la aplicación del Concilio Vaticano II. "El papel del papado necesita ser redefinido claramente en consonancia con las intenciones de Cristo. Como supremo pastor, figura unificadora y el principal testigo de la fe, la contribución del Papa al bien de la Iglesia universal es la clave, los teólogos escriben. Pero su autoridad nunca debe ocultar, disminuir o suprimir la auténtica autoridad que Cristo dio directamente a todo el pueblo de Dios. "
Además, "los obispos son vicarios de Cristo, no en vicarios del Papa. Ellos tienen la responsabilidad directa de las personas y las diócesis y una responsabilidad compartida junto con otros obispos y del Papa para la comunidad universal de la fe católica". El sínodo central de los obispos- según el documento- debería: "desempeñar un papel más decisivo en la planificación y orientar la conservación y el crecimiento de la fe en nuestro mundo complejo".
El Concilio Vaticano II "pide la colegialidad y el sentido común de la responsabilidad en todos los niveles. Esto no se aplicó. Los distintos consejos presbiterales y pastorales establecidos durante el Consejo deberían involucrar más directamente al fiel en cuanto a las decisiones relativas a la formulación de la doctrina, el ejercicio del ministerio pastoral y la evangelización en el contexto de nuestra centenaria sociedad".
"La práctica de cubrir puestos de liderazgo en la Iglesia únicamente con los candidatos que tienen una mentalidad específica, tiene que parar. Las nuevas regulaciones deberían ser formuladas y monitoreadas para asegurar que los individuos son elegidos para estos puestos de manera justa, transparente y -en lo posible- de manera democrática."
"La Curia Romana está en necesidad de una reforma más radical de acuerdo con las instrucciones y la visión expuesta por el Concilio Vaticano II. El papel de la Curia debería limitarse a tareas administrativas y ejecutivas. "La Congregación para la Doctrina de la Fe debe estar asistida por comisiones internacionales de expertos elegidos de forma independiente, sobre la base de su competencia profesional." La Iglesia debe ejercer su autoridad de acuerdo con las normas de transparencia, responsabilidad y democracia alcanzado en la sociedad moderna. El liderazgo debe ser justo y creíble, inspirado por la humildad y el servicio y destinado al pueblo, en lugar de para las reglas y la disciplina. Debe ser un reflejo de Cristo, que nos da la libertad y se debe escuchar al Espíritu de Cristo, que habla y actúa a través de todos y cada uno de nosotros."
Este documento no es, sin embargo, una lista exhaustiva de los cambios que deben hacerse. "Somos conscientes del hecho de que la aplicación de estos cambios estructurales necesitan ser descritos en detalle, teniendo en cuenta las posibilidades y limitaciones de las circunstancias actuales y futuras. Queremos subrayar, sin embargo, que las reformas se resumen en este documento son urgentes y se deben tomar medidas de inmediato para ponerlas en práctica."
Al final del documento, Hans Kung destaca que "la nacionalidad del nuevo Papa es irrelevante." Lo que importa es que no termina por convertirse en un esclavo de Roma y la Curia. Ratzinger no era de Roma, pero terminó convirtiéndose en más romano que los romanos mismos y la Curia. Si un extranjero Papa se integra en el sistema de Curia, su origen no sirve de nada".
El próximo Papa se le está pidiendo a combatir el "estancamiento" y la resistencia en contra de sectores de la jerarquía de la Iglesia que están obstaculizando la aplicación del Concilio Vaticano II. "El papel del papado necesita ser redefinido claramente en consonancia con las intenciones de Cristo. Como supremo pastor, figura unificadora y el principal testigo de la fe, la contribución del Papa al bien de la Iglesia universal es la clave, los teólogos escriben. Pero su autoridad nunca debe ocultar, disminuir o suprimir la auténtica autoridad que Cristo dio directamente a todo el pueblo de Dios. "
Además, "los obispos son vicarios de Cristo, no en vicarios del Papa. Ellos tienen la responsabilidad directa de las personas y las diócesis y una responsabilidad compartida junto con otros obispos y del Papa para la comunidad universal de la fe católica". El sínodo central de los obispos- según el documento- debería: "desempeñar un papel más decisivo en la planificación y orientar la conservación y el crecimiento de la fe en nuestro mundo complejo".
El Concilio Vaticano II "pide la colegialidad y el sentido común de la responsabilidad en todos los niveles. Esto no se aplicó. Los distintos consejos presbiterales y pastorales establecidos durante el Consejo deberían involucrar más directamente al fiel en cuanto a las decisiones relativas a la formulación de la doctrina, el ejercicio del ministerio pastoral y la evangelización en el contexto de nuestra centenaria sociedad".
"La práctica de cubrir puestos de liderazgo en la Iglesia únicamente con los candidatos que tienen una mentalidad específica, tiene que parar. Las nuevas regulaciones deberían ser formuladas y monitoreadas para asegurar que los individuos son elegidos para estos puestos de manera justa, transparente y -en lo posible- de manera democrática."
"La Curia Romana está en necesidad de una reforma más radical de acuerdo con las instrucciones y la visión expuesta por el Concilio Vaticano II. El papel de la Curia debería limitarse a tareas administrativas y ejecutivas. "La Congregación para la Doctrina de la Fe debe estar asistida por comisiones internacionales de expertos elegidos de forma independiente, sobre la base de su competencia profesional." La Iglesia debe ejercer su autoridad de acuerdo con las normas de transparencia, responsabilidad y democracia alcanzado en la sociedad moderna. El liderazgo debe ser justo y creíble, inspirado por la humildad y el servicio y destinado al pueblo, en lugar de para las reglas y la disciplina. Debe ser un reflejo de Cristo, que nos da la libertad y se debe escuchar al Espíritu de Cristo, que habla y actúa a través de todos y cada uno de nosotros."
Este documento no es, sin embargo, una lista exhaustiva de los cambios que deben hacerse. "Somos conscientes del hecho de que la aplicación de estos cambios estructurales necesitan ser descritos en detalle, teniendo en cuenta las posibilidades y limitaciones de las circunstancias actuales y futuras. Queremos subrayar, sin embargo, que las reformas se resumen en este documento son urgentes y se deben tomar medidas de inmediato para ponerlas en práctica."
Al final del documento, Hans Kung destaca que "la nacionalidad del nuevo Papa es irrelevante." Lo que importa es que no termina por convertirse en un esclavo de Roma y la Curia. Ratzinger no era de Roma, pero terminó convirtiéndose en más romano que los romanos mismos y la Curia. Si un extranjero Papa se integra en el sistema de Curia, su origen no sirve de nada".
Valores religiosos
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