Este domingo 3 de septiembre la Iglesia Católica celebra en Chile el Día del Migrante, recordando la misión cristiana de acoger al forastero como un hermano, sin desconfianzas ni discriminaciones.
El día del Migrante fue instituido por el Papa Benedicto XV, en 1914. Cada Conferencia Episcopal elige el día apropiado para recordar a los Migrantes y a sus Familias. La mayoría de los países de América Latina eligieron el mes de Septiembre para celebrar este día, porque se asocia al Mes de la Biblia, puesto que el Pueblo de Israel fue peregrino y vivió la experiencia de ser extranjero.
En su mensaje para la celebración de este día, el Obispo de Melipilla y Presidente del Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI), Mons. Enrique Troncoso, recuerda que los migrantes son hermanos nuestros, "y eso es suficiente para amarlos y ayudarlos, en vez de criticarlos o desconfiar de ellos".
"El problema de la violencia contra las mujeres migrantes es de suma importancia. Las asesoras del hogar, con su doble marginación como mujeres y personas que migran, pueden encontrarse fácilmente en una situación de vulnerabilidad a la violencia y a los abusos, tanto en el ámbito doméstico como en el laboral", añade el Obispo Presidente de INCAMI.
Concluye su mensaje llamando a reavivar nuestra fe y nuestro amor de cristianos, para sanar los males que surgen de las migraciones y a la vez descubrir el designio que Dios realiza a través de ellos.
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