Es una gran cosa y una mejor plegaria vivir en Aquel que es infinito y regocijarse de que Él sea infinito, en vez de esforzarse por comprimir su infinitud en el angosto espacio de nuestros corazones.
Mientras yo me contente con saber que Él es infinitamente más vasto que yo y que no podré conocerlo a menos que Él se muestre a mi mismo, tendré paz, y Él estará cxerca de mí y en mí y yo descansaré en ël.
Pero tan pronto como yo desee conocerlo y disfrutarlo por mi mismo, llegaré a cometer violencia contra Aquel que me elude, y al hacer eso cometeré violencia contra mí mismo y recaeré en mí con pena y ansiedad, sabiendo que ël ha seguido su rumbo.
En la plegaria verdadera, si bien cada momento silencioso sigue siendo el mismo, cada instante es un nuevo descubrimiento de un nuevo silencio, una nueva penetración en aquella eternidad donde todas las cosas son siempre nuevas.
Conocemos, por descubrimiento renovado, la profunda realidad que es nuestra existencia concreta aquí y ahora, y en las profundidades de la realidad que recibimos del Padre: luz, sabiduría y paz.
Esos son reflejos de Dios en nuestras almas, hechas a su imagen y semejanza
Thomas Merton
No comments:
Post a Comment