Formar "el hombre nuevo", vivir en comunión fraterna, ser solidarios con el prójimo y evangelizar sin exclusión, son entre otros los compromisos derivados del tercer Congreso Americano Misionero (CAM3-COMLA8) que concluyó este domingo en Quito, Ecuador, luego de intensas jornadas de reflexión sobre el tema central "Escucha, aprende y anuncia".
Al término de los foros temáticos sobre la misión y varias realidades de la vida comunitaria en América Latina, los participantes se mostraron dispuestos a "anunciar el Evangelio, "esperanza para toda persona sedienta de Dios" y juntos construir un mundo fraterno, justo y solidario; y ser colaboradores del Espíritu en la construcción del Reino".
En la Declaración Final se expresa que al haber sentido la experiencia de un Pentecostés junto a María, la Madre de Jesús los misioneros y misioneras se sienten urgidos "a dialogar con todos los pueblos con actitud profética, estar abiertos a los cambios, reconocer "las semillas del Verbo" y compartir las tradiciones culturales y religiosas de los pueblos".
Según se dijo, la "misión aviva la esperanza de que otro mundo sea posible, aún en situaciones difíciles. Se necesitan profetas y peregrinos que denuncien las situaciones de pecado y las estructuras injustas, y anuncien los valores de la vida plena realizada en Cristo".
Por cada una de las mesas temáticas se sintetizó las conclusiones y propósitos asumidos por los participantes, como la de asumir "con entusiasmo y corresponsabilidad eclesial la Misión Ad Gentes que implica una conversión personal y el cambio de estructuras pastorales para que el Evangelio llegue a todos los hombres y mujeres sedientos de Dios". Así también se comprometieron a "revitalizar la Pastoral Familiar y apoyar experiencias de familias misioneras Ad Gentes".
Signo del Reino desde cada pueblo y cultura
En el CAM3 se analizó también las consecuencias positivas y negativas de la globalización para la humanidad, y se asumió el compromiso de emprender "una nueva manera de ser Iglesia que alimenta su vida desde la escucha de la Palabra y de la realidad, para ser signo del Reino desde cada cultura y cada pueblo".
Sobre la misión, exclusión y migración se consideró que esta realidad representa un gran desafío que la Iglesia debe asumir con valentía, para "promover proféticamente la cultura de la dignidad humana".
"Como Iglesia valoramos y respetamos a los pueblos indígenas y afro descendientes del continente, asumimos la urgencia de reconocer sus espacios, expresiones y tradiciones para que tengan su lugar en la sociedad y en la Iglesia", dice también la declaración final del CAM3.
El desarrollo de "una conciencia creciente en su lucha por la conservación del medio ambiente", y comunicar "el amor de Dios y la Buena Nueva del Reino con una comunicación testimonial, coordinada e integrada en la pastoral ordinaria, para construir la unidad y la comunión", son también compromisos del CAM3.
De igual manera se asume el desafío de promover el "diálogo, encuentro y cooperación ecuménica e interreligiosa" desde la identidad de "Discípulos Misioneros de Jesucristo", así como el compromiso de abrirse "al pluralismo y al diálogo que aúna a las personas y a los pueblos en la construcción de la armonía y la paz".
Declaración Final Congreso Americano Misionero CAM3comla8
Fuente: OCLACC
Quito, 17/08/2008
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