El Dalai Lama en Francia durante los Juegos Olímpicos

11-Agosto-2008 Atrio

La estancia en Francia del Dalai Lama, sin un encuentro con Sarkozy, origina reacciones de diverso signo. Mientras el embajador chino en Francia ha declarado que un encuentro entre ambos tendría “consecuencias graves” en las relaciones chino-francesas, otros no olvidan que Sarkozy, después de haber anunciado su no asistencia a los Juegos Olímpicos, por fin ha asistido y conseguido “de paso” un sustancioso contrato: construir dos centrales nucleares. Valga, para iniciar el debate, esta crónica equilibrada de un gran informador religioso Henri Tincq.

El Dalai Lama llega a Francia en un clima de controversia.

Por Henri Tincq, Le Monde, 11-08-08

Detestado en China -un “lobo con cabeza de hombre”, dicen en Pekín, donde se le acusa de haber fomentado con su “hueste” los disturbios de marzo en el Tíbet-, pero venerado en Occidente como un apóstol de la no-violencia, en la línea de un Gandhi o de un Martin Luther King, el décimocuarto dalai-lama ha llegado el lunes 11 de agosto a Francia para una visita que durará hasta el sábado 23 de agosto. El jefe espiritual del Tíbet, de 73 años hoy, en exilio en India desde 1959, no pudo obtener hasta 1982 un visado de Francia. Desde entonces, ha venido al Hexágono en nueve ocasiones.


Esta décima visita, en pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos de Pekín, que coincide con una nueva oleada de represión masiva en el Tíbet, es con mucho la más controvertida. Los chinos, que acusan al huésped de Francia de haber querido sabotear los Juegos, han pedido a Nicolás Sarkozy que evite a este “secesionista”. A pesar de las críticas, el jefe de Estado, que preside la Unión Europea, ha mantenido su viaje a Pekín para la apertura de los JO y ha hecho saber –después de muchos aplazamientos- que no recibiría al dalai-lama en París, dejando para más tarde un eventual encuentro. El domingo se ha congratulado del acuerdo que se produjo la víspera entre el EDF y el grupo eléctrico chino Guangdong Nuclear Power Group para la construcción de dos reactores EPR.


Así pues la consigna está dada: esta visita será exclusivamente “pastoral”. Lo cual conviene tanto a sus organizadores como a las autoridades francesas. Para evitar cualquier desliz, el colectivo de asociaciones budistas que lo ha organizado, llamado Océano de Sabiduría, contribuye también a al apaciguamiento. Para él, la coincidencia de la estancia en Francia del dalai-lama con los Juegos de Pekín, es totalmente fortuita. Había sido programada mucho antes de las revueltas de marzo en el Tíbet y del recorrido abucheado de la llama olímpica en París. En el despacho del Tíbet, Wangpo Bashi recuerda que el Premio Nobel de la Paz ha dado siempre el visto bueno a la organización de los Juegos en Pekín y ha querido limitar su visita a Francia a su dimensión espiritual por respeto a la “tregua olímpica”. Un encuentro con Sarkozy hubiera sido “una provocación”, añade Matthieu Ricard.


Esta prudencia no agrada a los militantes de la causa tibetana, incluídos los más moderados, para quien la visita del dalai-lama podría haber sido una buena ocasión para hacer oir la voz reprimida del Tíbet. Recuerdan que el dalai-lama fue recibido por el presidente Mitterrand en 1993 y, un año después, a pesar de la cólera de Pekín, por George Bush, Angela Merkel o Gordon Brown. Está previsto un único encuentro de carácter político en el Senado, el miércoles 13 de agosto, con los parlamentarios de la asociación Francia-Tíbet.


Así pues, esta visita “espiritual” estará llena de “bendiciones” repartidas por el dalai-lama en congregaciones budistas: el 12 en Veneux-les-Sablons (Seine-et-Marne) y en Herví (Essonne), el 14 en Aubry-le-Panthou (Orne) y Pouray (Morbihan). El mejor bocado será la serie de enseñanzas que el jefe tibetano dispensará, del 15 al 20 de agosto, en Nantes, donde llenará hasta los topes. Clausurará su viaje cuando inaugure un templo en Roqueronde, cerca de Lodève (Hérault), donde le esperará… Carla Bruni-Sarkozy.


Pero el dalai-lama no es un hombre que se deje manipular. Quienes lo conocen no piensan que vaya a permanecer mudo sobre la situación de su país y el lío que ha originado su visita. El 15 de agosto en Nantes tratará un tema “Paz interior y paz universal” que le permitirá un margen de maniobra. Tenzin Gyatso conoce el peso de estas expresiones. Nacido en 1935 en una familia campesina del Amdo (Nordeste del Tíbet), fue “reconocido” a los tres años como la “reencarnación” del décimotercer dalai-lama. En 1950, todavía adolescente, recibe plenos poderes de su pueblo que sufre la invasión china y tendrá que asistir, impotente, a la anexión de su país.


Su exilio comienza en 1959. Nehru, el padre de la independencia de la India, le ofrece asilo en las alturas del Dharamsala (Himalaya). Desde entonces, no cesará de defender la causa de su pueblo. Realista, ha renunciado a la independencia del Tíbet, ha optado por una “vía media” que preservaría su “autonomía cultural”. Lo cual no le impide atacar sin miramientos el “régimen de terror” padecido por su país. Su vida es a la vez una leyenda y una tragedia escondida tras su eterna sonrisa.

[Traducción para ATRIO de Maite Lesmes]