Tuesday, August 12, 2008

El Evangelio de Judas. El Manuscrito

Cada vez que se edita un documento antiguo relacionado con el mundo de la Biblia los medios de comunicación se hace eco de una historia de características sensacionalistas que envuelven el texto en un manto de misterio más propio de la imaginación novelística que de la investigación científica y rigurosa del documento.


Cuando a mediados del siglo XX se descubrieron los manuscritos del Mar Muerto en las inmediaciones de Qirbeth Qumrán, los medios de comunicación destacaron el carácter más aventurero del acontecimiento. La historia del descubrimiento adornada por las intrigas de compra-venta de manuscritos, el seguimiento y desaparición de manuscritos, el secretismo de su depósito de seguridad, supuestas reacciones de determinadas autoridades religiosas con la intención de ocultar la documentación encontrada.

Todo un cúmulo de sospechas que mueven a la intriga del lector y espectador que permanece absorto intentando hacerse una idea objetiva de la documentación en cuestión. De esta forma, bajo el cúmulo de sospechas y misterios que se esconden tras los descubrimientos, el receptor de la noticia o de la información otorga automáticamente al hecho una importancia mayor de la que pueda tener o un carácter confidencial extraordinario. La historia del descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, como la de los textos de Nag Hammadi o como la de otros muchos hallazgos relacionados con la literatura bíblica siguen un esquema común que ponen en tela de juicio una buena parte de la seriedad y el rigor científico de su estudio.



La historia del descubrimiento del Evangelio de Judas sigue las mismas claves que la de los manuscritos del Mar Muerto o los textos de Nag Hammadi. El hallazgo casual, la identificación silenciada del texto, un largo tiempo de espera hasta el momento más oportuno para su salida a la luz, su depósito y custodia en un lugar seguro, el negocio de la compra-venta del manuscrito y su publicación rodeada de la mayor polémica mediática para llegar al mayor número de destinatarios posible. Todo este proceso forma parte de una revisión de la historia reciente del manuscrito, en nuestro caso del Evangelio de Judas, que le permite convertirse en titular de la prensa más sensacionalista de alcance internacional. Esta reconstrucción de la historia moderna del manuscrito, desde su descubrimiento hasta su edición oficial se queda en el contexto de los medios de comunicación como centro de la noticia. En muy pocas ocasiones el contenido de la noticia acerca al lector o receptor de la misma al contenido del texto, a su problemática filológica o a su crítica textual. Sirva como ejemplo la noticia sobre el Evangelio de Judas aparecida en el diario El País en su sección de “sociedad” el viernes 7 de abril de 2006, en la que el titular de la información es el siguiente: Stephen Emmel. Profesor de paleografía copta. “La primera vez que vi el manuscrito estaba en una caja de zapatos”. La noticia la firma desde Washington, J. del P.


En el titular apreciamos el carácter extraordinario del descubrimiento. De manera que todos los lectores se dan cuenta de la importancia del hallazgo y su identificación, pero no porque se diga algo sobre su contenido sino por el hecho de encontrarse en una caja de zapatos algo muy importante que debería estar en un recipiente de mayor categoría. A ello se añade el tono de importancia que se da a la información al citar a un especialista universitario en la materia como es el caso del profesor Stephen Emmel.


La historia reciente de este manuscrito y su aparición en la escena mediática tiene lugar en enero de 2006 a manos del periódico inglés Daily Telegraph, donde se anunciaba que la fundación suiza Maecenas de Basilea en colaboración la revista National Geographic, tenían previsto publicar las traducciones (unas 31 páginas) del antiguo texto copto descubierto en Al Minya (Egipto) en la década de 1970 (pero procedente tal vez de una excavación clandestina de los años cincuenta o posterior), y que se identificaba como el Evangelio no canónico de Judas Iscariote. Su traductor había sido el suizo Rodolphe Kasser, experto en el análisis de textos coptos de la Universidad de Ginebra (Suiza).


Jaime Vázquez Allegue
Periodista y doctor en Teología, especializado en Sagrada Escritura, Judaísmo, Apócrifos. Ha sido Vicedecano y profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca. Es autor de los libros: Los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas. El prólogo de la Regla de la Comunidad de Qumrán (Verbo Divino, 2000), Diccionario Bíblico Hebreo-Español Español-Hebreo (Verbo Divino, 2003), Para comprender los manuscritos del Mar Muerto (Verbo Divino, 2004), La Regla de la Comunidad de Qumrán (Sígueme, 2006).


De blog "El Manuscrito del Mar Muerto"
El periodista Digital

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