RUEGO, CASI ORACIÓN.
No me dejes seguir con esta pena
de tener empeñado mi destino;
no me dejes que sangre en el camino
soportando a mis pies dura cadena.
Este sombrío andar, esta condena
que agrava el maridaje de mi sino,
me representa al débil peregrino
perdido en la maraña de la escena.
No me dejes en mar y a la deriva,
que frágil es mi barca a la inclemencia
y al azote falaz del enemigo.
Te busco en la razón de una evasiva
con que sembrar la paz en tu presencia:
savia seré de amor, pero contigo.
(Nicolás del Hierro)
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