Guantánamo (Agencia Fides) - “Cada Navidad es fiesta para Dios y para los hombres”, afirma Mons. Wilfredo Pino Estévez, Obispo de la diócesis de Guantánamo-Baracoa (Cuba) en un Mensaje enviado a todos los fieles con motivo de la Navidad y año nuevo-2009.
Recuerda además el Obispo que para acercarse a Dios la primera cosa importante “es “hacernos niños”, bajar la cabeza, reconocer nuestra pequeñez, rebajarnos, ser humildes”. Afirma a continuación que “la Navidad es y debe seguir siendo la fiesta de la familia”. Por ello pide a todos que estas Navidades tenga un gesto especial para las personas que viven solas y no tienen a nadie con quien compartir.
No escapa al Obispo que será una esta una Navidad difícil para muchos pues “estamos terminando un año que, para muchas familias, ha sido muy duro. Tres huracanes les han hecho la vida aún más difícil a un buen número de hogares cubanos”. Pero precisamente con estas catástrofes “Dios nos ha puesto por delante la gran oportunidad de practicar la caridad para con los necesitados”.
El Obispo agradece a continuación “la enorme ola de solidaridad y ayuda que se levantó aquí y más allá de nuestras fronteras para ayudar a los damnificados”. Precisamente en los días en que se celebraba la fiesta de la Virgen de la Caridad, cuya procesión no se pudo realizar, y el inicio del Trienio de preparación para las celebraciones del 400 aniversario del hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad entre nosotros “tuvimos la gran oportunidad de practicar la caridad, que es mucho mejor y más importante que muchas Procesiones juntas: ¡una gran procesión nacional con la virtud de la caridad!”.
Al final de su mensaje el Obispo de Guantánamo-Baracoa manifiesta algunos de sus deseos para el 2009, entre ello:
Que nuestra Iglesia, sepa y pueda llegar siempre a tiempo en la persona de cualquiera de nosotros en este año y todos encuentren en nosotros el apoyo necesario para su salvación;
Que las cosas mejoren en Cuba, el Señor ilumine a los cubanos y no temamos al diálogo entre cubanos aunque pensemos diferente;
Que el Espíritu Santo ilumine a nuestros gobernantes, a los que dirigen la economía y pueda mejorar la situación internacional;
Que haya más y mejores fuentes de trabajo y al obrero le alcance su salario para mantener su familia;
Que sepamos ser agradecidos con tantos amigos y familiares del extranjero que se preocupan por ayudarnos, pero al mismo tiempo que no nos acostumbremos a vivir de donaciones y gestos solidarios, al dinero fácil y a la vez nos acordemos que muchísimos de entre nosotros no tienen a nadie en el extranjero que les mande algo.
Y por último, que en este próximo año todos seamos un poquito mejores. Concluye el Obispo enviando una bendición por la Navidad de manera especial para “los enfermos, los presos, los minusválidos, los que viven solos, los que están lejos de su familia y de su tierra cubana, los que se sienten tristes, los que perdieron sus casas, los albergados, los matrimonios sin hijos o con hijos difíciles, para que no se cansen de hacer el bien”.
(RG) (Agencia Fides 19/12/2008)
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