Si usted ha trabajado en una empresa grande, sabe lo que significa si por accidente se encuentra con el Presidente de la compañía y a éste se le ilumina la cara y la saluda: "Hola, Anita, cómo has estado?". Es importante ser conocida(o).
Jesús nos dice: "Yo conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí". No sólo nos conoce; creemos que su Providencia da forma a nuestras vidas. Somos, cada una y cada uno, llamados: tenemos una vocación. Puede ser hacia una labor obviamente importante como criar niños o cuidar de enfermos o ancianos. Puede ser una vocación de tiempo completo en la vida religiosa o en el sacerdocio. Puede ser el llamado para aquellos que sólo están de pie y esperan. No es un llamado estático, fijo para nuestra vida, sino que algo dinámico, que cambia a medida que maduramos, crecemos para ser fuertes y luego a ser débiles al envejecer.
Señor, que yo pueda escuchar Tu Llamado.
Espacio Sagrado
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