Los muertos piden paz inútilmente:
somos hijos y padres de la guerra.
Piden en vano credencial de gente
los muchos condenados de la tierra.
Moloc yergue su altar y su pantalla,
sojuzgando señor el mundo entero.
Calla, de miedo, la verdad.
Y calladegollado el Amor, como un cordero.
Y Tú, ¿no dices nada?, ¿no te enteras?
¿pides más cruz aún? ¿más sangre esperas?
¿no sabes imponerte, Amor frustrado?
¿Qué más le exiges a la pobre fe?
¡Dios mío y nuestro y de Jesús,
¿por quéuna vez más nos has abandonado?!
Pedro Casaldáliga
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