Trípoli (Agencia Fides)- “Estamos esperando fervientemente una solución posible y razonable, aunque no es fácil. Pero confío en la buena voluntad de los hombres, a pesar de todo", dice a Fides Su Exc. Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli.
"Anoche bombardearon fuertemente. La ciudad lo está soportando aunque se advierten las dificultades provocadas por la falta de gasolina. Es difícil moverse y delante de las gasolineras se forman largas filas de coches” dice Mons. Martinelli.
El Vicario Apostólico de Trípoli subraya que "la Iglesia de Dios continua adelante con la fuerza del Espíritu Santo. Todavía hay muchos católicos filipinos que están dando un valiente testimonio. Incluso el embajador de Filipinas se ha quedado en el país para estar cerca de la comunidad de sus compatriotas. Unos 2000 - 3000 filipinos trabajan a los hospitales de Libia. Espero que este testimonio sirva para dejar claro a todos que, por encima de todo, hay que ser solidarios con los que sufren ”.
“La población está sufriendo a causa de las bombas", señala Mons. Martinelli. "A pesar de lo que se dice las bombas también están golpeando las zonas civiles. En la iglesia copta que se encuentra a 10 km de nosotros, junto a una comisaría de policía, han estallado todas las ventanas por la explosión de las bombas lanzadas contra la instalación militar". "Si se bombardean instalaciones militares ubicadas en áreas civiles, además de los daños psicológicos, también se causan víctimas civiles y daños a las viviendas” concluye Mons. Martinelli.
(L.M.) (Agencia Fides 1/6/2011)
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