Tuesday, June 28, 2011

Espacio Sagrado


Juan 21:15-19

Cuando terminaron de comer, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres más que éstos?" Le responde: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dice: "Apacienta mis corderos". Le pregunta por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Le responde: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas". Por tercera vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero". Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro, cuando eras mozo, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras". Lo decía indicando con qué muerte había de glorificar a Dios. Después de hablar así, añadió: "Sígueme".

¿Qué me estás diciendo, Señor?

Reflexiones sobre la lectura de hoy

Ser discípulo de Jesús significa ser preguntado constantemente: "Me quieres? No es que Jesús dude de nosotros; pero desea que reconozcamos cómo expresamos ese amor. Guiados por San Ignacio, yo podría preguntarme: "Qué he hecho por Cristo?" "Qué estoy haciendo por Cristo?" "Que es lo que haré?"

Pedro se da cuenta que se le está dando una responsabilidad cada vez mayor por los seguidores de Jesús. En qué forma acepto yo responsabilidades crecientes?

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