Thursday, June 23, 2011

ECUADOR - “De nada sirve tener 54.000 refugiados reconocidos sino se les da la suficiente atención y seguridad" denuncia la Fundación Escalabriniana

Quito (Agencia Fides) – Cada día inventa una estrategia nueva, como cambiar de una ciudad a otra o modificar su apariencia con ropa y cortes de pelo. José L. prefiere el anonimato para no ser descubierto por las personas armadas que lo persiguen. Huyó de su país tras escapar de un secuestro de grupos irregulares y llegó a Ecuador, por tierra, en busca de refugio. “Llegué sin nada, pensando que aquí encontraría un futuro mejor, porque aquí no existía el problema que tenía en mi tierra, era más fácil cruzar la frontera y estar en un país no demasiado lejano”.

Este es el testimonio publicado en un periódico de Quito, del que se ha enviado una copia a la Agencia Fides, con motivo del Día del Refugiado. Razones similares a las de José L. han empujado a desplazarse a la mayoría de refugiados que vive en Ecuador. El 98,5% es de Colombia y la mayoría son mujeres y niños. Esa cifra hace que Colombia sea el país con mayor número de personas acogidas en otras naciones de Latinoamérica, según la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Las organizaciones como la Misión Escalabriniana en Ecuador, que trabajan con este segmento de la población, señalan que la respuesta del Estado ecuatoriano y de las organizaciones que trabajan con esta población es demasiado limitada.

Janeth Ferreira, directora de la Fundación Escalabriniana, afirma en su intervención en el periódico de Quito que “el Estado solo legaliza la condición de refugio, dando las visas. Pero en cuanto a los servicios sociales, protección e integración prácticamente no existe aporte del Gobierno”. Agrega que más bien hay dificultades administrativas para la renovación anual del carné, sobre todo para quienes viven en zonas fronterizas como San Lorenzo y necesitan desplazarse a las oficinas de Quito, Tulcán o Ibarra para los trámites.

“De nada sirve tener 54 000 refugiados reconocidos sino se les da la suficiente atención y seguridad" denuncia Ferreira, añadiendo que muchas personas en condición de refugiadas se ven obligadas a permanecer encerradas en sus casas o departamentos por miedo a ser perseguidos incluso en territorio ecuatoriano. “El Estado no les da ninguna seguridad”. Esa es la razón por la que José L. prefiere estar en constante rotación por el país. Un día, mientras caminaba por las calles de una ciudad ecuatoriana, reconoció a uno de sus secuestradores, por lo que enseguida se cambió de ciudad para evitar cualquier riesgo.

Janeth Ferreira asegura que “hay quienes ni siquiera quieren tener el carné de refugiado. Si van a solicitar trabajo o arrendar una casa, al mostrar su documento de identificación en el que está escrita la palabra refugiado, la gente les miran con temor”. En muchas escuelas y centros de salud les dicen que “no hay sitio ni siquiera para atender a los ecuatorianos, y menos aún para los extranjeros.

La directora de la Fundación Escalabriniana señala que la asistencia depende de lo que hagan las organizaciones civiles. Pero el trabajo es aislado ante la falta de una política pública que las articule. El único seguimiento que hace el Estado, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, es la renovación anual del carné y una actualización de la información. Con motivo del Día Mundial del Refugiado, Antonio Guterres, jefe de la Acnur en Quito, anunció que 1.000 refugiados partirán desde Ecuador a Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Brasil y Chile.

(CE) (Agencia Fides, 22/06/2011)

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