Saturday, July 02, 2011

Profundo recogimiento en funeral del Padre Luis Antonio Díaz


Con la presencia del Cardenal Francisco Javier Errázuriz y cuatro obispos se ofició la misa fúnebre de quien fuera un importante y querido presbítero de la arquidiócesis de Santiago.

Un profundo recogimiento, mucha paz y gratitud al Señor se respiraban en la parroquia Santa Elena el viernes 1 de julio durante el funeral del presbítero Luis Antonio Díaz, quien fuera su párroco. Los feligreses llenaron las naves del templo mientras numerosos sacerdotes y vicarios se aprestaban a celebrar el oficio que fue presidido por monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, y concelebrado por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo Emérito de Santiago; monseñor Alberto Jara, Obispo Emérito de Chillán; monseñor Pablo Lizama, Arzobispo de Antofagasta y monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Concepción.

Condolencias


Al comenzar la Eucaristía, Monseñor Cristián Contreras depositó sobre el féretro una Biblia y los ornamentos sacerdotales de don Luis Antonio Díaz para después leer parte de las condolencias que llegaron a la Arquidiócesis por el deceso de quien fuera secretario del cardenal Raúl Silva Henríquez y testigo privilegiado de la historia reciente del país.

El primer saludo fue el del arzobispo, monseñor Ricardo Ezzati, quien se encuentra en El Vaticano tras la recepción del palio arzobispal por parte del Papa Benedicto XVI. "Desde Roma me uno al Presbiterio de Santiago, a los familiares y a los fieles de la Parroquia de Santa Elena en estos momentos de dolor y esperanza por la muerte del reverendo Padre Luis Antonio Díaz. Agradezco su valioso servicio eclesial a nuestra arquidiócesis y pido al Señor el premio de los justos para él. La Virgen, Madre de Jesús, consuele a sus familiares y a todos quienes hemos compartido con él en la fe en Jesucristo Resucitado”, expresó el Pastor de la Arquidiócesis.

También hicieron llegar sus condolencias monseñor Angelo Sodano, quien fuera Secretario de Estado Vaticano; monseñor Giuseppe Pinto, nuncio apostólico; monseñor Cristián Precht, Vicario General de Pastoral; el padre Luis Felipe Egaña, vicario de la diócesis de Talca, y también Pedro Pablo Díaz, hermano de don Luis Antonio que actualmente se desempeña como embajador en Australia.

Amigo de los jóvenes y buscador de justicia


La homilía estuvo a cargo de monseñor Pablo Lizama, Arzobispo de Antofagasta, quien contó que conoció a don Luis Antonio en el Seminario Pontificio de Santiago. De él destacó su cercanía con los jóvenes y su compromiso con el mundo público y los más pobres. “El Evangelio, la Buena Nueva de Jesús, se va cumpliendo paso a paso, versículo por versículo a lo largo de la historia de la Iglesia”, aseguró. “Hoy somos testigos de cómo una vez más se realiza entre nosotros el texto de san Mateo: ‘Y todo aquel que por mí ha dejado casa, hermanos, hermanas, padre o madre, hijos o tierra, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna’”.

Monseñor Lizama dijo que tomaba como ejemplo la dedicación por los jóvenes del Padre Luis Antonio Díaz. “Los acompañaba, los reunía y misionaba con ellos hasta hace poco tiempo, con dificultades de salud”, recordó. “Con los jóvenes revivía y hasta casi se mejoraba”. Agregó: “Tenía una visión de futuro que los jóvenes de la antigua JOC y de sus antiguas parroquias lo podrán certificar, como también los jóvenes seminaristas que recibía en su mesa”. Lo consideraba un don de Dios. El Arzobispo dio gracias a Dios por los jóvenes que maduraron su fe y vocación de servicio alentados por la fe y cercanía del padre Luis Antonio.


“Es motivo de agradecimiento también tu sentido social, tu preocupación por los más pobres, incluso del mundo político como instrumento de cambio de la suerte de los más desposeídos”, prosiguió el Arzobispo. “Le interesaba la suerte de los pobladores (que vivían cerca) del río Mapocho, del cerro 18” aseguró.

Monseñor Lizama culminó diciendo: “Jesucristo en toda nuestra vida y también en la muerte tiene la última y la primera palabra. Él resucitó y así lo predicó Luis Antonio, y nos preside en nuestra propia resurrección. Él ha vencido a la muerte, Él es nuestra alegría y esperanza. Con dolor por esta partida tenemos la serena fe de nuestra resurrección”.

Palabras de su familia

Durante la oración universal se pidió especialmente por dos queridas obras del presbítero: la construcción de viviendas sociales y el Liceo politécnico San Esteban Mártir ubicado en Lo Barnechea.

Tras la comunión dos sobrinas y un sobrino dieron testimonio de lo que significó el padre Luis Antonio en sus vidas, agradecieron su seguimiento al Señor, su coherencia de vida, así como el amor a su familia y a los más pobres.


Al final de la eucaristía, monseñor Cristián Contreras dirigió unas sentidas palabras a don Eduardo, papá de don Luis Antonio Díaz, y comprometió la oración de la asamblea para acompañarlo en estos momentos de dolor y esperanza.

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl

Santiago, 01/07/2011

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