Sunday, July 17, 2011

Chile: Iquique: Mundo Andino festejó a la Virgen del Carmen en su Santiario de La Tirana



Sus frutos, chacras, el bienestar de los pueblos, su cultura y tradiciones dejó en el corazón de la Chinita del Carmelo, el Mundo Andino en el cuarto día de la Fiesta del Carmen en La Tirana.

De diversos pueblos de las quebradas de la Región de Tarapacá, llegaron hasta la Cruz del Calvario para iniciar a los pies del Señor crucificado, Creador de la pachamama y el tata inti, la peregrinación que ofrecieron en honor a la Virgen del Carmen en su Santuario.


Inmediatamente después de incensar la imagen de Cristo, con la cruz gloriosa del Mundo Andino, los fieles comenzaron su caminar rumbo al banquete fraterno, al son de la banda y los lichihuayos, que dio cuenta de la presencia de los hermanos y hermanas de la pre-cordillera en la Casa Grande de la Madre de Jesucristo.


Al llegar a la explanada y al portal del templo, donde les acogió el Obispo de Iquique, se dio inicio a la santa misa, la cual estuvo llena de signos, costumbres y tradiciones ancestrales de los pueblos originarios del Norte de Chile.











Durante la eucaristía, representantes del Mundo Andino incensaron la Cruz Gloriosa en el altar y junto a monseñor Marco Ordenes para agradecer al Señor de la Vida por todos los bienes entregados durante el año y para pedir continúe protegiendo sus pueblos y familias.

Al finalizar la misa, el Obispo junto a una comitiva representativa de los hermanos del interior de la región, depositaron a los pies de la Virgen del Carmen una ofrenda floral para dar gracias por mostrar el camino que lleva hasta el Hijo del Dios Vivo y su presencia en medio de todos los pueblos de la pre-cordillera.

Homilía del Obispo

En la oportunidad monseñor Marco Antonio Ordenes dijo que en esta celebración, convocada por la Virgen para guiar a su pueblo peregrino al encuentro con el Señor, "la Palabra que escuchamos en el Evangelio sin duda nos habla de que una persona que cuida la tierra y que sabe cuáles son los momentos de la siembra, entiende rápidamente lo que está diciendo Jesús, porque está enseñando el modo cómo tiene que ser colocada la semilla y las características del lugar para que la semilla de muchos frutos".

Al respecto señaló que esta imagen descrita sirve de mucho porque "Dios ha colocado la semilla de la fe, a lo largo de tantas estaciones. Esta semilla fundamental para nuestro corazón, para nuestra vida, para nuestra salvación, es Jesucristo. Por tanto en los corazones de los seres humanos ha sido sembrada la semilla de todos los pueblos, de todas las culturas, las semillas de bondad, de bien, de belleza, de verdad y de justicia. Estas son las semillas del Reino, del Salvador".

Todo esto, aseguró el Obispo de Iquique, "ha sido puesto en todas las culturas y es un patrimonio que compartimos los seres humanos. Esta semilla también fue colocada en el origen de nuestras culturas regionales, ancestrales de los reinos aymaras, de los pueblos quechuas, de nuestros pueblos en estas tierras que un día, por la Cruz, descubrimos que esta semilla tenía un nombre: Jesucristo, y descubrimos que esta semilla de la salvación está dada por el Padre Dios, que ha creado todas las cosas, que fecundó el vientre de una Virgen allá en la tierra de Nazareth y que, por ella y a través de ella, se dio a luz el Verbo, se hizo carne entre nosotros y se hizo historia y cultura".



De esta forma, dijo monseñor Ordenes, "esta semilla llegó aquí porque el sembrador la sembró con cariño, pero tantas veces los sembradores no lo hicieron de la misma manera y esta semilla en América Latina, fue sembrada con dolor incluso con injusticia y opresión, pero no por ello deja de ser la semilla de Jesucristo, esa semilla de bien que es causa de salvación, y así lo comprendieron los padres de vuestros padres, los abuelos de vuestros abuelos y por eso descubrieron en esta cruz su esperanza, salvación, consuelo, y abrazaron y amaron a aquél que fue crucificado por nosotros y que dio su vida por ti y por mi".

"Lo hemos descubierto aquí en estas tierras del Tamarugal, y así lo descubrió esta princesa inca Ñusta Huillac y abrazó esta cruz y la fe de los cristianos, y comprendió que la fe en Jesucristo era lo verdaderamente suyo; lo que tenía en el alma, sus raíces y costumbres. Dios miró todas las tradiciones y costumbres ancestrales con cariño porque en ellas estaban puestas las semillas de Él mismo, en las que un día descubriría la Ñusta en las palabras de Vasco de Almeida", agregó el Obispo.

También explicó que "es también la historia de nuestros pueblos y estas realidades, que tenemos en el alma, son la semilla de Jesucristo y generación tras generación esta semilla ha sido colocada en vuestros corazones. Hoy nos toca a nosotros y a ustedes, la generación de estos tiempos nuevos, cuidar de esta semilla porque como en otras épocas hubo piedras que no ayudaron a surgir, también hoy día en medio de nuestro pueblo y cultura, existen piedras y que hacen tanto daño a lo que verdaderamente somos".

Monseñor Ordenes además añadió que hay espinas complejas que "llevan a tanta fracturación y destrucción de la unidad de nuestros pueblos. Las espinas y piedras que están movidas por el dinero, avaricia, el poder y que nos hacen mucho mal. Hay espinas también de ignorancia, de indiferencia que vienen de otras culturas pero que se van metiendo en lo nuestro, espinas que nos hacen descubrir en la fiesta, muchas veces sólo motivos para emborracharse, para pasarla bien, pero espinas y piedras que no nos ayudan a encontrarnos con Jesús, espinas y piedras que echan a perder las tradiciones y las van corrompiendo".

"Hermanos y hermanas, en esta hora, en esta realidad, a ustedes y a mí el Señor nos invita y nos pide que seamos con Él y para Él, para esta generación, buenos sembradores de la semilla para que no la dejemos tirada en los caminos y vengan los cuervos, el mal, la desunión y la división a llevársela, y no de fruto. En estas nuevas generaciones los tiempos son distintos, los pueblos están vacíos y cuántos de vosotros lloráis, sin embargo en Jesucristo cada vez que suben a vuestra fiesta patronal, ahí está la esperanza florecida como estas cruces vestidas de colores en medio de vuestros cerros, ahí están, aunque parece que están muertos nosotros sabemos que nuestras almas están vivas y que el alma del pueblo estará viva en la medida que tenga viva su fe y esperanza".

Con esta motivación, el Obispo invitó a los presentes a ir y festejar siempre las fiestas patronales a sus pueblos y a cuidar las costumbres para que no se corrompan con facilidad, "que sean firmes y valientes como la Virgen para decir sí a la buena costumbre y a la tradición, y para decir con valentía no a todo lo que destruye nuestra cultura y nuestra identidad".

También se refirió a los gestos de esta ya tradicional misa andina, la cual "tantos rituales de nuestros pueblos que no se pueden realizar como una moda o manifestación de la cultura simplemente, sino que tienen que ser realizados siempre con fe. Cada pagua en donde invocamos al Padre Creador, estamos con nuestras costumbres y el incienso, con la lliglla y las ofrendas hacedlo siempre de corazón con profunda fe, no como un espectáculo, sino como lo han sabido hacer nuestros padres con las raíces que tienen en su corazón y que están también en el vuestro".

Diócesis de Iquique

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