Episodios de violencia y acusaciones de fraude marcan la campaña a las presidenciales
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | A menos de dos meses para las elecciones presidenciales en Nicaragua, que tendrán lugar el próximo 6 de noviembre, la tensión entre el Episcopado y el Gobierno de Daniel Ortega es ciertamente elevada. El punto culminante se dio a finales de julio, cuando el presidente y líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) tachó a los obispos de “somocistas”.
Recordando la represión estudiantil que tuvo lugar en León el 23 de julio de 1956, denunció: “¿Ustedes creen que la Conferencia Episcopal de aquel entonces condenó la masacre? Ni una palabra, si todos ellos eran somocistas, somocistas hasta los tuétanos”. Algo que para Ortega también se comprobó en la muerte del dictador Anastasio Somoza, cuando “lo enterraron con honores de Príncipe de la Iglesia. Al asesino le dieron honores de Príncipe de la Iglesia, hasta dónde llegaba esa Conferencia Episcopal. ¡Dios nos libre!”.
El conflicto estalló porque el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, criticó que Ortega defienda en su campaña electoral que su Gobierno es “cristiano”, argumentando que la Constitución señala que Nicaragua carece de religión oficial.
Todo esto ocurre en un contexto en el que se dan brotes de violencia entre opositores y favorables al Gobierno de Ortega. Un episodio especialmente doloroso ocurrió a finales de agosto, cuando el sacerdote Marlon Pupiro fue asesinado. Pese a que el supuesto homicida fue prontamente detenido y las autoridades explicaron que la causa del ataque fue un robo, los obispos dudan de esta versión y piden claridad.
El pasado 4 de septiembre, los prelados de la Arquidiócesis de Managua hicieron público un comunicado en el que exigen “que se esclarezca la verdad de este atroz crimen. El móvil del mismo, las evidencias mostradas y la reconstrucción de los hechos ofrecidos en la versión oficial, presentan elementos inconsistentes e inverosímiles”.
Inseguridad ciudadana
Pese a que Daniel Ortega condenó en seguida el asesinato del sacerdote, los obispos de Managua se mostraron muy duros con las autoridades, que, a su juicio, no ponen coto a un ambiente de violencia: “Exhortamos a todos los nicaragüenses a no permitir que el irrespeto a los derechos humanos, la impunidad, la inseguridad ciudadana y la manipulación del derecho se vuelvan prácticas habituales en nuestra sociedad”.
La preocupación es tal que, del 8 al 15 de septiembre, la Diócesis de Granada acoge una Semana de Oración por la Patria.
Vida Nueva
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