Papa dice a jóvenes parejas que en el noviazgo "quemar etapas es quemar el amor"

12 de septiembre. (Romereports.com) El Papa viajó a Ancona, una ciudad industrial en el centro de la costa italiana. Allí mantuvo un encuentro muy curioso con cientos de parejas de novios. Benedicto XVI habló brevemente con varios de ellos. Massimiliano y Fabiana le explicaron en nombre de todos cuáles son sus miedos y preocupaciones.

“Nos turba la fragilidad de los vínculos, al ver con qué facilidad se rompen. A menudo no nos casamos hasta que todo es seguro: una casa, un trabajo... También, el carácter definitivo del matrimonio es de algún modo un motivo para no tomar una decisión y es otra fuente de incertidumbre”.

Benedicto XVI
“Educaos desde ahora a la libertad de la fidelidad, que lleva a custodiarse recíprocamente hasta vivir el uno para el otro. Preparaos para elegir con convicción el 'para siempre' que connota el amor”.

El Papa presentó el noviazgo como un camino de maduración en el que se descubre que el otro es muy importante para mí. Recordó que como todo amor, se apoya “en la gratuidad, en el sacrificio, en el perdón y en el respeto al otro”. Y que por eso mismo, no es un camino fácil.

Benedicto XVI
“No creáis que la convivencia previa al matrimonio es una garantía para el futuro. Quemar las etapas lleva a quemar el amor, que necesita que se respeten los tiempos y la gradualidad de las expresiones de amor”.

El Papa se reunió también en la catedral de Ancona con sacerdotes de la diócesis y con varias familias. Dijo a los padres y madres que para educar bien a sus hijos deben ser coherentes entre lo que dicen y lo que viven. Y pidió a los sacerdotes que ayuden a las familias cuando el matrimonio entra en crisis.

Benedicto XVI
“Sed acogedores y misericordiosos también hacia los que les cueste respetar los compromisos del vínculo matrimonial y con quienes no lo han respetado”.

Como el motivo de la visita era la clausura del Congreso Eucarístico Italiano, el Papa recordó a todos que ante cualquier problema o dificultad, siempre encontrarán la fuerza necesaria en la Eucaristía, rezando ante ella, o recibiendo la comunión.