La noticia que más ha dado que hablar últimamente es, no tanto el accidente del rey, sino que este se haya producido en una cacería de elefantes en Botsuana.
Esto ha dado pie a que muchos aprovechen para expresar su desprecio a la monarquía o para denunciar el derroche que se hace con el dinero de los ciudadanos. Y realmente practicar este tipo de aficiones en una situación de crisis como la que sufrimos es dar un mal ejemplo, y más cuando el mismo rey había dicho que hay que apretarse el cinturón. Hay gente a la que la crisis no le ha cambiado un ápice su estilo de vida. Y esto es doloroso. Es doloroso que más de 5 millones de personas que quieren trabajar no tengan una oportunidad y, a la vez, los más poderosos sigan viviendo como si nada. Y es doloroso que los recortes se ceben siempre con los mismos.
No caigamos en la tentación de pensar que la crisis me afecta sólo a mí, o que como a mí no me ha afectado mucho no me tengo que preocupar demasiado. De esta sólo saldremos si dejamos de pensar en nosotros mismos y damos un salto de solidaridad, si todos defendemos los derechos de los que sufren frente a los que siempre salen ganando y si tomamos conciencia de que la aportación de cada uno cuenta.
Alosha
pastoralsj
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