Los obispos católicos de Kenya “condenan con fuerza la oleada de violencia étnica que se está viviendo en algunas partes del País”
DAVIDE DEMICHELIS
La postura de la Iglesia no deja lugar a dudas. En un documento compuesto de 23 puntos y difundido el 2 de junio, los obispos invitan a los keniatas a no dejarse arrastrar por “ideologías degenerantes que en realidad aportan beneficios sólo a pocos individuos”.
El próximo año se vota en Kenya, y de cara a las elecciones los conflictos étnicos se encienden. Sucedió también en el 2007, cuando fue elegido de nuevo el presidente Kibaki. Los enfrentamientos que se desataron tras el voto causaron miles de muertos y más de 300 personas tuvieron que abandonar sus hogares, según la Cruz Roja Internacional. También por este motivo la Iglesia keniata ha querido indicar su postura, invocando "justicia, perdón, reconciliación y paz" de cara a las elecciones. En el documento sin embargo no se hace referencia a los conflictos con los musulmanes.
El 29 de abril en Nairobi un hombre lanzó una granada y luego abrió fuego contra los fieles reunidos en la iglesia de la God’s House of Miracles International Church, causando un muerto y quince heridos. El atentado tuvo lugar al mismo tiempo que un ataque contra los cristianos en Nigeria. Enseguida se pensó en una acción organizada por los integristas islámicos. Pero en Kenia la situación se muestra bastante más complicada.
El ejército keniata en octubre del pasado año se aventuró en la operación Linda Nchi (Protege el país) entrando en territorio de Somalia para atacar a los extremistas islámicos de al-Shebaab. En territorio keniata también viven muchos somalíes:casi 420 se concentran en el campo de refugiados de Dadaab, el mayor del mundo. Human Rights Watch hadenunciado los actos de violencia cometidos por la policía keniata hacia los refugiados, que se defienden incluso con las armas. En Somalia por lo tanto es el credo fundamentalista islámico el que mueve las milicias de al-Shebaab. Muchos refugiados somalíes que viven al otro lado de la frontera, son empujados por la rabia desesperada provocada por la pobreza, además de los abusos.
Poner de acuerdo a las 42 tribus que viven en Kenya sin embargo, es toda una empresa. Y más cuando se trata de repartirse la tierra o de conciliar los diversos intereses económicos. El epicentro de los enfrentamientos étnicos, en los últimos tiempos, es la ciudad de Isiolo, en el norte, poco más allá del monte Kenya, llamado y no por casualidad "el monte de Dios” porque señala un alto en el avanzar del desierto, según algunos, o del Islam, según otros. La frontera está todavía lejos, pero los somalíes se sienten ya en casa, quizás por el paisaje desértico. Isiolo vive desde siempre como una ciudad de frontera.
En los últimos tiempos sin embargo esta importante ciudad, con más de 80.000 habitantes ha sido también escenario de duros enfrentamientos entre los pastores Borana, llegados del Norte y los lugareños Turkana. Desde el 9 de octubre pasado hasta ahora, estos enfrentamientos han causado 54 muertos. A la misión Camp Garba, de los misioneros de la Consolata, en el norte de Isiolo, han llegado solicitudes de ayuda para 3.000 personas: hombres, mujeres y niños que huyen de sus pueblos y se acampan en alojamientos de fortuna, como escuelas o capillas. Sin embargo en la zona, existen también fuertes intereses económicos: se está construyendo un aeropuerto internacional y una ciudad turística (la Las Vegas de Kenia). Es difícil entender quien está fomentando estos conflictos. Pero parece cierto que, quien quiera que sea, no quiere testigos incómodos como los misioneros. De hecho entre las víctimas hay algunos catequistas, e incluso los sacerdotes han sido objeto de intimidaciones. Y no es solo historia reciente. Luigi Locati, obispo de Isiolo, fue asesinado el 14 de julio de 2005 mientras volvía a casa, por la noche. Estaba considerado uno de los fundadores de la ciudad. Tenía 76 años, 43 los había transcurrido en África, 41 en Isiolo.
Vatican Insider
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