Meditando con los santos y beatos del día: B. MARÍA TERESA DE SOUBIRAN

Hoy, 07 de Junio, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de la BEATA MARÍA TERESA DE SOUBIRAN, en el aniversario de su santa muerte ocurrida un día como hoy del año 1889 en Paris, Francia. Nacida en 1834 en Castelnaudary, Francia, fue fundadora de la "Congregación de Maria Auxiliadora". En 1946 el Papa Pío XII le dio el honor de los altares proclamándola Beata. Unidos pues a la Iglesia de Francia y a cuantos en medio de calumnias caminan hacia la santidad, brindemos nuestro afectuoso aplauso a la Beata María Teresa de Soubiran.
Meditación
QUERIDA MARÍA TERESA SOUBIRAN: recordar tu vida es ver cómo en la Iglesia también "se cuecen habas", como dice el refrán. Con solo catorce años de edad, consagras a Dios tu corazón haciendo voto de virginidad, y poco después, concretas esta consagración fundando un "beguinado", es decir, una comunidad para mujeres deseosas de llevar juntas una vida de piedad. Precisamente, de esta comunidad, surgirá con la ayuda del jesuita Pablo Ginhac, la congregación de Maria Auxiliadora y la Congregación de María del Perpetuo Socorro, ambas para la atención de las jóvenes pobres y con peligros morales. Con una herencia que recibes, haces construir una casa para estas jóvenes. Pero, lamentablemente, la casa fue destruida por un voraz incendio. Más tarde, la guerra entre Francia y Prusia te obligó a huir del país. Y en cuanto esta terminó regresaste a tu tierra y a tu comunidad. Pero una anciana religiosa, de una malévola inteligencia, intrigante y soberbia, con calumnias te serrucha el piso y logra que te echen de la congregación que tu misma habías fundado. (Ay Señor!, ¿por que existirán este tipo de personas aún en la Iglesia?) Tú, María Teresa, soportas la humillación sin murmurar, ni criticar, ni pedir explicaciones. Solo repetías: "Dios mío, confío en ti. Dispón de mi vida y de mi obra". La muerte te sobrevino, lejos de tus religiosas, ignorada y hasta despreciada. Sin embargo, poco tiempo después de tu muerte, entró una nueva superiora que te había conocido y admirado, la cual recuperó tu cuerpo y volvió a dar a la congregación el carisma primitivo que había sido destruido por la ignorancia y la ambición. Beata María Teresa Soubiran, nunca olvidaremos aquel día cuando el Papa Pío XII, de rodillas en la basílica de San Pedro, veneró a la humillada en la tierra, ahora triunfante en el cielo. Radio Vaticano