LA MINISTRA DE LA FAMILIA, BERTINOTTI
Según algunas asociaciones de familias, que niegan la discriminación, no es posible equiparar la identidad y la responsabilidad de progenitores a la realidad de las personas homosexuales
MICHELANGELO NASCAROMA
«Sans discrimination», es la palabra clave del nuevo gobierno francés que permitirá, dentro de poco, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de niños.
«En el primer semestre de 2013 –afirmó el primer ministro de Francia, Jean-Marc Ayrault durante un encuentro en el parlamento–, el derecho al matrimonio y a la adopción se abrirá a todas las parejas, sin discriminación». Las asociaciones homosexuales aprecian este nueva ley (uno de los puntos fuertes de la campaña electoral de Francois Hollande) y esperan «un matrimonio con filiación y no una filiación fuera del matrimonio». «Esta –declaró Fatiha Archerchour, portavoz de la asociación de padres gay y lesbianas– es la ocasión para replantear la familia».
Dominique Bertinotti, la ministra francesa de la Familia, en una entrevista con “Le Parisien” en vísperas del Gay Pride, afirmó que las parejas homosexuales «tendrán los mismos derechos y los mismos deberes de las demás parejas casadas». No hay, concluye, «un único modelo de familia. Es un honor para la izquierda ser el verdadero defensor de las familias y de la igualdad [...] Yo soy la ministra de todas las familias». Justamente, mientras hablaba sobre la igualdad entre las familias, la ministra Dominique Bertinotti recibió silbidos de parte de las asociaciones de familias francesas durante una conferencia en Tolone.
Muchas de estas familias consideran correcto y compartible el pensamiento que expresa la fe cristiana, que respeta absolutamente a las personas homosexuales y se encuentra alejada de cualquier tipo de discriminación. Pero no es posible, dicen, identificar la identidad y las responsabilidades de los progenitores de una familia con la realidad de las personas homosexuales. El Papa Benedicto XVI (en el libro-entrevista “Luz del mundo”, de Peter Sewald) indicó al respecto que: «El sentido de la sexualidad es conducir al hombre y a la mujer el uno hacia la otra y asegurar a la humanidad progenie, niños, futuro. Esta es la íntima determinación que hay en su naturaleza. Todo lo demás va en contra el sentido más profundo de la sexualidad. Y es a esto a lo que debemos permanecer fieles, aunque a nuestro tiempo no le guste». El matrimonio gay ya es legal en otras partes de Europa (Dinamarca, España, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega y Gran Bretaña) y se encuentra en fase de estudio en otras naciones (como Italia), siguiendo motivaciones a menudo discutibles desde el punto de vista sociológico y religioso.
Vatican Insider
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