José Yue Fusheng, de Harbin
La consagración producirá "divisiones,
laceraciones y tensiones en la comunidad
católica china"
El Vaticano ha advertido al sacerdote chinoJosé Yue Fusheng, de la administración apostólica de Harbin (China), que si es ordenado obispo sin el permiso del papa, que no se lo ha concedido, quedaráexcomulgado automáticamente.
La misma suerte correrá el obispo que ordene a José Yue Fusheng sin el mandato pontificio, según informó hoy en un comunicado laCongregación para la Evangelización de los Pueblos.
En dicha nota se indica han llegado al Vaticano noticias desde Harbin, en la provincia china de Heilongjiang, de que se está preparando la ordenación episcopal de Yue Fusheng "sin mandato pontificio".
El dicasterio vaticano precisa que la ordenación de un obispo tiene que estar autorizada por el papa, "como garantía de unidad de la Iglesia y de comunión jerárquica ".
La Congregación para la Evangelización de los Pueblos precisa que por ese motivo el Código de Derecho Canónico en su artículo 1.382 establece "graves sanciones tanto para el obispo que ordena sin el mandato apostólico como para quien la recibe, ya que esa ordenación representa una dolorosa herida a la comunión eclesial y es una grave violación de la disciplina canónica".
El artículo 1.382 contempla que "el obispo que confiere a alguien la consagración episcopal sin mandato pontificio, así como el que recibe de él la consagración, incurren en excomunión latae sententiae (automática) reservada a la sede apostólica".
El dicasterio insistió en que la ordenaciónproducirá "divisiones, laceraciones y tensiones en la comunidad católica china, que no desea una ordenación ilegítima".
También señaló que José Yue Fusheng fue informado hace ya tiempo de que no cuenta con la aprobación del papa.
Esta no es la primera vez que quedan excomulgados obispos chinos ordenados sin la aprobación de papa. El último fue Lei Shiying, de la diócesis de Leshan, en la provincia de Sichuan.
En China existen entre 8 y 12 millones de católicos, según datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la iglesia controlada por el Gobierno comunista, conocida como "Patriótica", y la clandestina, fiel al Vaticano y perseguida por Pekín.
Uno de los puntos que enfrenta al Vaticano con Pekín es el nombramiento de obispos, pues la Santa Sede reclama que sólo pueden ser designados por el papa, mientras que la "Iglesia Patriótica" los ordena sin el visto bueno papal.
El Vaticano y China no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951 y, para reanudarlas, Pekín exige que la Santa Sede rompa previamente con Taiwán y no "interfiera" en los asuntos internos chinos.
(Rd/Efe)
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