Velocidad de crucero

Casi todos vamos a más velocidad de la recomendable. Lo vemos en el tráfico urbano, lo constatamos a las 9 de la mañana a las puertas de las escuelas o cuando estamos haciendo cola en la sala de espera de la consulta del médico. Como si una fuerza interior nos tirara para correr, para llegar a algún puerto lejano. Velocidad de crucero partes.

La fuerza que nos tira pasa por dentro de nuestro corazón y de nuestra mente. El que llaman serenidad, paz, algo detrás de la otra están en general bien ausentes de nuestros días.

Nos perdemos muchas cosas, a veces las mejores de la vida. Pasan por el lado y ni las vemos. Que poco nos detenemos para ver aunque sea un breve rato: un árbol, una flor, el mar inmenso, una persona que tiene la paciencia de esperar que el semáforo se ponga verde.

 Hoy, sin embargo, como fruto de la lectura de un sabio oriental has decidido reducir la velocidad de crucero.

         ¿Por qué voy con tanta prisa?

         ¿Acaso hay alguien o algo que me persigue?

         No será que no tengo ninguna meta concreta?

         ¿Qué significa llenar el tiempo? ¿Acaso está vacío?

         La velocidad ... no es la forma de fumigar la angustia?

         Cuando me paro un poco ... no vuelve a salir la misma angustia?

Finalmente has decidido sentarte un rato en aquel bar que está frente al parque. Has pedido un agua. Primero te has quedado mirando a la gente ... realmente la mayoría iba demasiado rápido ... luego has mirado los árboles del parque ... plátanos con hojas verdes primavera ... los ruidos han ido menguando a medida que viera el verde, como si fueran evaporando en su color .... y luego has preguntado a tu corazón. "¿Qué me pasa que te tengo tan descuidado?".

" Fijaos cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan,   pero os aseguro que ni Salomón, en toda su fasto, estaba vestido como uno de ellos.   Y si la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?   Por lo tanto, no os preocupéis, pensando qué comer, o qué beber, o como os vais a vestir.   Todo ello, los paganos lo buscan con inquietud, pero vuestro Padre celestial ya sabe que tenéis necesidad.   Sobre todo buscad el Reino de Dios y hacer lo que él quiere,  y lo demás se os dará por añadidura "   (Mt 6, 28-32) .

Jesús Renau sj.
pregaria.cat