Thursday, February 07, 2013

JESUITAS/ALBOAN: EN DIRECTO DESDE CONGO

Nuestra compañera Marlen Eizaguirre,  junto con Marcos Ibañez, está de viaje en RD Congo para acompañar a nuestras organizaciones aliadas.
Ella nos relata, a modo de “diario”, sus impresiones.  Es su primer recorrido por este país africano tan convulso como espectacular.


CRÓNICA 1: LUCES Y VIDA




Salimos de Bilbao en una noche que todavía no ha llegado a ser día. Las calles están oscuras, vacías, la ciudad duerme.

Desde el despegue del avión que nos llevará a Bruselas vemos luces y más luces. Luces que iluminan carreteras por las que, a estas horas, muy de vez en cuando pasa un coche. Luces para iluminar las calles y que haya mayor seguridad para las personas que por ellas caminan. Esa es la imagen que me queda de mi ciudad, un lugar bien iluminado.

Llegamos a Bruselas tras haber visto nacer el día y podemos disfrutar, desde el aeropuerto, de lo que promete ser otro buen y soleado día en Bruselas. Siguiente avión y ya estamosdirección a Kinshasa.

Tras pasar el tranquilo mar Mediterráneo que nos ha asustado con sus turbulencias sobrevolamos el gran desierto del Sahel. Al volar sobre este gran desierto tomo mayor conciencia de la gran diferencia y, sin duda distancia, entre las dos Áfricas: la África del Norte y árabe y la África subsahariana o negra. Son casi dos horas de avión lo que las separa, entre otras cosas. Y en este trayecto, de nuevo, turbulencias. Nos acordamos del Principito y su sabia frase: lo esencial es invisible a los ojos.

Finalmente llegamos sin problemas a Kinshasa j. La carretera que nos acerca a Kinshasa está oscura. Una oscuridad que es peligrosa para los cientos de viandantes y personas que viven en los barrios del entorno, sobre todo, porque pueden ser arrollados por cualquier automóvil. Oscuridad sí, pero vida también, vida llena de actividad. Multitud de personas, de todas las edades yendo, viendo, comprando, mirando, charlando…

Por el camino he comenzado una de mis lecturas para el viaje, “El sueño del celta” de Mario Vargas Llosa. En ella Roger un joven irlandés, parte a Congo para “iluminar” y llevar el progreso a esos países atrasados.

Marcos y yo sabemos que no vamos a iluminar a nadie sino a compartir nuestras luces y oscuridades, nuestra vida y nuestras contradicciones. Aún así me parece importante tener presente a lo largo del viaje la imagen de un Congo que me recibe, a ratos, a “oscuras” pero con una vida y una energía que contagia. Porque lo esencial es invisible a los ojos y a muchas de las teorías sobre el desarrollo que llevamos trayendo a África desde hace tiempo. Lo esencial es la vida latente tanto en la luz como en la oscuridad.



CRÓNICA 2: PERSONAS: ¿A QUÉ CARRO TE APUNTAS?


Hoy hemos tenido la suerte de conocer y contactar con un montón de gente. Me quedaría con dos imágenes que han estado presentes a lo largo de todo este día.

Por un lado, la imagen de aquellas personas que no hacen más que criticar a su país, criticar a sus compatriotas y señalar que es casi imposible un cambio en África.Por otro lado, está la imagen de aquellas personas que se comprometen con la realidad, dedican su tiempo, muestran un cariño profundo por sus gentes y siempre tienen confianza en ellas.

Son personas con las que nos hemos topado hoy en el Congo pero nos las podemos encontrar en cualquier lugar del mundo. Todas ellas están trabajando por mejorar su sociedad pero no de la misma forma. Y la forma es importante: ¿somos conscientes de a qué carro nos subimos habitualmente?


Descubro que me resulta más molesto encontrarme con personas que sólo critican a su país cuando estoy en realidades que no son la mía. Pero es más fácil ver la viga en el ojo ajeno…



CRÓNICA 3: CONGO VERDE



Hoy salimos de Kinshasa para Kisantu por la carretera que une la capital con el océano. Es una carretera muy transitada por camiones que transportan las mercancías a la capital.



Poco después de salir de la capital y sus alrededores lo que me deja maravillada es el verde.Un verde vivo, de naturaleza en plena ebullición. Un verde de hierba porque los árboles han sido casi todos talados. Un verde que contrasta con el cielo azul y con la luminosidad que va adquiriendo el día tras una gran lluvia esta mañana y quizás gracias a ella.
Vamos en la furgoneta varias personas que aprovechamos el viaje hasta Kisantu y por la carretera nos cruzamos con coches y camiones cargados hasta los topes de maderacortada. Me cuentan que casi todos los coches que transportan la madera sobre su techo son de la misma marca,” Peugeot doscientos algo” que debe ser un coche muy resistente.

Laurent, un compañero congoleño, nos cuenta que Congo es el segundo “pulmón verde” tras la Amazonía. Esta mañana ya nos han comentado en la Unión Europea que uno de sus temas prioritarios de cooperación aquí es “el clima”, es decir, el cambio climático. La reforestación de grandes zonas y el mantenimiento de reservas naturales son algunas de las acciones que apoyan para luchar contra el cambio climático.
En un momento dado del camino, Laurent nos muestra una granja en la que él colabora. En ella plantan semillas y dejan crecer los árboles hasta que los pueden replantar. Todas las personas lo hacen de forma voluntaria y él nos dice que es “nuestro local” a la lucha contra el cambio climático.

Cuando llegamos a su destino nos encontramos a un niño cargando una regadera y entonces Laurent nos cuenta que tienen un programa de educación medioambiental con los niños y niñas. Tienen un semillero y luego plantan los árboles. Su organización se llama “Centro bajo el árbol” que es el lugar preferido en África para reunirse, dialogar y compartir.
Él es el primero que es consciente de que la gente necesita la leña para comer, para calentarse, en definitiva, para tareas de supervivencia. Pero también es consciente de que solo podrán sobrevivir si mantienen un cierto equilibrio con la naturaleza.

Por eso, en lugar de ir contra las personas que talan, en la mayoría de los casos por necesidad, él apuesta por el cambio de mentalidad entre los más jóvenes. Porque cambiando la mentalidad se puede transformar la realidad. Esta es una idea que nos han repetido hoy más de una vez.


CRÓNICA 4: CANADIAN PURE



Canadian Pure es el nombre del agua embotellada que nos facilitan en casi todos los lugares. Es una bendición del cielo en un país tan caluroso y con falta de agua potable. Mientras me refresco y disfruto del trago de agua veo cómo en publicidad se muestra a una familia con dos hijos (un hijo y una hija) blancos como los y las canadienses



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De origen canadiense son algunas de las principales compañías mineras que obtienen grandes beneficios del Congo. Y es en sus mercados en donde se fijan los precios de muchas de las materias que luego se exportan a todo el mundo.

Vivir que el agua es un bien escaso es fácil aquí en Congo, a pesar del gran río que cruza este país. Los minerales son también bienes escasos que están generando saqueo y guerras. El otro día nos comentaban que existe una estrecha relación entre los precios de los minerales y la guerra latente en el Este de Congo.

Miro de nuevo a la botella, veo agua que para mí es vida. Veo también la hoja canadiense roja sobre el título Canadian Pure y no puedo dejar de pensar en cuánta sangre derramada en este país por la “maldición de la riqueza”, la “maldición de los recursos naturales”. Y me pregunto ¿por qué siempre culpamos a quien no puede tener responsabilidades? Los mercados, la riqueza, los recursos naturales ¿No seremos nosotras y nosotros con nuestra ambición depredadora y nuestra falta de solidaridad y respeto a la vida humana?

Salgo a la calle y me encuentro con unas sonrisas que me devuelven la fe en que no tiene por que ser siempre así.


ALBOAN

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