Tuesday, February 12, 2013

Quinielas para el nuevo papa



Es normal la quiniela cuando se piensa en el cónclave que elegirá un nuevo papa. Es normal que se haga un perfil de quien puede serlo, y es verdad que los cardenales tendrán sus nombres, pero también tendrán sus estrategias. Y es normal. Y no es malo. Y es legítimo. Hay tres nombres que se oyen y cada uno tiene su perfil adecuado para encarar esta nueva etapa. Me atrevo a dar tres nombres.


El cardenal Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura. Dicen de él que es hoy en Roma lo que Ratzinger era hace veinte años. Hombre muy culto, dialogante, abierto, iniciador de la idea puesta en marcha por Benedicto XVI llamado Atrio de los gentiles. Un hombre que concita el sector más moderno

Es italiano, y eso contentaría a los italianos, que hace tiempo no sientan a nadie en la silla de Pedro. Es verdad que levanta ciertas suspicacias por su continuo ir y venir con el mundo de los no creyentes. Su altura intelectual daría un excelente juego a la Iglesia. Sería el mejor Papa para el siglo XXI. Pueden seguirlo en Twitter (@CardRavasi).


Otro nombre es el del cardenal Marc Oullet, canadiense, con un amplio conocimiento de Latinoamérica. Fue rector del seminario de Bogotá.

Es el hombre de confianza del Papa y es el prefecto de la Congregación de Obispos, una de las más fuertes. Hombre abierto y de buen talante, uniría los dos continentes. Es un hombre dialogante y cuenta con apoyos importantes. Ha sido el hombre del Papa para renovar la Curia.


Y por último, el preferido de los italianos y de los nuevos movimientos es el cardenal de Milán, Angelo Scola. Si bien es verdad que en el casoVatileaks ha quedado con ciertas reservas, ha sido nombrado para una sede que siempre ha sido considerada como papable. Este nombramiento contentaría a un importante número de cristianos que están los nuevo movimientos.


Lo que sí es verdad es que será curial, porque hace falta seguir renovando la curia, pero ha de tener experiencia con el diálogo con la cultura moderna, con los nuevos retos que la Iglesia tiene pendientes. Habrá un esfuerzo en un “continuismo”, pero es verdad que para muchos cardenales es el momento de cerrar una época.
Juan Pablo II y Benedicto XVI son dos caras de una moneda. Ambos han ocupado una generación, han aplicado el Vaticano II y uno ha acabado con los temas pendientes del otro. Es otro momento. Trabajar en un mundo nuevo pide nuevos perfiles. Es el momento del cambio.


Otros nombres se barajan (como el del cardenal ghanés Peter K. A. Turkson) para poder reunir votos que luego se irán dando unos a otros en las estrategias normales. Hace falta que, además del Espíritu Santo, haya sentido común. Seguiremos.

Juan Rubio Fernández
Sacerdote de la diócesis de Jaén, escritor y periodista
Director de Vida Nueva

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