Karachi (Agencia Fides) - “Teniendo en cuenta la enorme magnitud de la emergencia por las inundaciones, es urgente mostrar solidaridad con las personas afectadas por esta circunstancia. Para ayudar a las víctimas de las inundaciones y a las personas necesitadas, como Iglesia católica en Pakistán, pedimos a las personas de buena voluntad que comiencen a recaudar fondos. Se necesita apoyo humanitario urgente para las familias afectadas, en concreto tiendas de campaña, kits de refugio, alimentos, productos higiénicos y sanitarios, alimentos no perecederos y ropa”. Así lo indica a la Agencia Fides en un desesperado llamamiento monseñor Benny Travas, arzobispo de Karachi, capital de la provincia de Sindh (sur de Pakistán), después de que el país declarara el estado de emergencia tras las fuertes lluvias monzónicas que han provocado fuertes inundaciones en las provincias de Sindh, Baluchistán y en la parte sur de Punjab. Pakistán registró 375,4 mm de lluvia, 2,87 veces más que el promedio nacional de los últimos 30 años. El arzobispo Travas, quien también dirige Caritas en Pakistán, también informa de que “Cáritas Pakistán está recibiendo muchas solicitudes de parroquias, comunidades, comités de gestión de desastres y gobiernos regionales”. “El personal diocesano de Cáritas en Karachi ya ha iniciado el trabajo de seguimiento y ayuda. Hago un llamamiento urgente para colaborar y apelo a las personas de buena voluntad a donar dinero en efectivo o ayuda material”, añade el prelado.
También en la provincia sureña de Sindh, en la diócesis católica de Hyderabad, el 90% del territorio está sumergido por las aguas de la inundación. Monseñor Samson Shukardin OFM, obispo de Hyderabad, invita a los líderes políticos, líderes de la Iglesia, fieles laicos, ONG, amigos y donantes a ayudar a las miles de personas afectadas en su diócesis. El obispo, que visitó algunas de las zonas afectadas de su diócesis, en declaraciones a la Agencia Fides indica: “Recibo muchas llamadas telefónicas con peticiones de ayuda de los sacerdotes y de las distintas parroquias de la diócesis. Vi iglesias, casas parroquiales y escuelas inundadas y dañadas. La gente no tiene un techo donde cobijarse y pasa hambre. Muchas familias están de luto por la pérdida de alguno de sus seres queridos”.
Expresando su pesar por las desastrosas inundaciones, el obispo Shukardin recuerda que “el pueblo de Pakistán está viviendo realmente unas horas difícles ya que el país enfrenta una situación muy complicada debido a las fuertes lluvias e inundaciones desde julio de 2022. Pedimos ayuda en la forma de alimentos no perecederos y agua potable. Ropa, ropa de cama, mosquiteros, cortinas, artículos de aseo y kits de higiene serían de gran ayuda para las personas desplazadas y desvalidas”. “Las casas están sumergidas. Los campesinos pobres han perdido sus cosechas, una pérdida los llevará a endeudarse con los terratenientes y esto alimenta el fenómeno de la esclavitud por el pago de deudas”, lamenta el obispo.
El gobierno paquistaní declaró el estado de emergencia en el país después de que el número de muertos superara los 1.000 y unas 1.400 personas resultaran heridas. Según datos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (National Disaster Management Authority, NDMA) del 26 de agosto, alrededor de 33 millones de personas en Pakistán se vieron afectadas, más de 218.000 hogares fueron destruidos y 452.000 dañados. La NDMA informó que 116 de los 160 distritos se han visto afectados y ha declarado oficialmente el estado de calamidad en 66 distritos. Los ganadería se ha visto gravemente afectada ya que han muerto 793.000 cabezas de ganado. Cerca de 2 millones de acres de cultivos y huertas fueron destruidos. Más de 3.000 km de carreteras y 145 puentes han sufrido daños tales que impidieron que los afectados llegaran a zonas seguras o accedieran a mercados, hospitales y servicios vitales. Según el Departamento de Educación, al menos 17.566 escuelas resultaron dañadas o destruidas. El funcionamiento de la red ferroviaria también se suspendió parcialmente en todo el país debido a que las vías se inundaron y los convoys resultaron dañados por valor de 10.000 millones de rupias paquistaníes.
(AG-PA) (Agencia Fides 29/08/2022)
También en la provincia sureña de Sindh, en la diócesis católica de Hyderabad, el 90% del territorio está sumergido por las aguas de la inundación. Monseñor Samson Shukardin OFM, obispo de Hyderabad, invita a los líderes políticos, líderes de la Iglesia, fieles laicos, ONG, amigos y donantes a ayudar a las miles de personas afectadas en su diócesis. El obispo, que visitó algunas de las zonas afectadas de su diócesis, en declaraciones a la Agencia Fides indica: “Recibo muchas llamadas telefónicas con peticiones de ayuda de los sacerdotes y de las distintas parroquias de la diócesis. Vi iglesias, casas parroquiales y escuelas inundadas y dañadas. La gente no tiene un techo donde cobijarse y pasa hambre. Muchas familias están de luto por la pérdida de alguno de sus seres queridos”.
Expresando su pesar por las desastrosas inundaciones, el obispo Shukardin recuerda que “el pueblo de Pakistán está viviendo realmente unas horas difícles ya que el país enfrenta una situación muy complicada debido a las fuertes lluvias e inundaciones desde julio de 2022. Pedimos ayuda en la forma de alimentos no perecederos y agua potable. Ropa, ropa de cama, mosquiteros, cortinas, artículos de aseo y kits de higiene serían de gran ayuda para las personas desplazadas y desvalidas”. “Las casas están sumergidas. Los campesinos pobres han perdido sus cosechas, una pérdida los llevará a endeudarse con los terratenientes y esto alimenta el fenómeno de la esclavitud por el pago de deudas”, lamenta el obispo.
El gobierno paquistaní declaró el estado de emergencia en el país después de que el número de muertos superara los 1.000 y unas 1.400 personas resultaran heridas. Según datos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (National Disaster Management Authority, NDMA) del 26 de agosto, alrededor de 33 millones de personas en Pakistán se vieron afectadas, más de 218.000 hogares fueron destruidos y 452.000 dañados. La NDMA informó que 116 de los 160 distritos se han visto afectados y ha declarado oficialmente el estado de calamidad en 66 distritos. Los ganadería se ha visto gravemente afectada ya que han muerto 793.000 cabezas de ganado. Cerca de 2 millones de acres de cultivos y huertas fueron destruidos. Más de 3.000 km de carreteras y 145 puentes han sufrido daños tales que impidieron que los afectados llegaran a zonas seguras o accedieran a mercados, hospitales y servicios vitales. Según el Departamento de Educación, al menos 17.566 escuelas resultaron dañadas o destruidas. El funcionamiento de la red ferroviaria también se suspendió parcialmente en todo el país debido a que las vías se inundaron y los convoys resultaron dañados por valor de 10.000 millones de rupias paquistaníes.
(AG-PA) (Agencia Fides 29/08/2022)
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