Tallin (Agencia Fides) - “Nos gustaría dar a conocer mejor la historia del Siervo de Dios Eduard Profittlich SJ y de la Iglesia católica en Estonia, especialmente a las nuevas generaciones”. Así Marge-Marie Paas, postuladora diocesana de la causa de beatificación del jesuita y colaboradora externa del padre Pascual Cebollada SJ, postulador general de la Compañía de Jesús en la Congregación para las Causas de los Santos, comenta con la Agencia Fides la inauguración de la exposición dedicada al arzobispo Profittlich, celebrada el 8 de agosto en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Estonia con la presencia del Ministro de Asuntos Exteriores Urmas Reinsalu y del obispo católico residente en Tallin, monseñor Philippe Jourdan, Administrador Apostólico de Estonia.
Esta es la cuarta etapa de esta exposición itinerante después de las realizadas en la catedral de San Pedro y San Pablo de Tallin, en la escuela católica de Tartu y en el Parlamento de Estonia. Nacido en el seno de una familia campesina en un pueblo del sur del Imperio Alemán, Eduard Profittlich ingresó en la Compañía de Jesús a la edad de 23 años en los Países Bajos, ya que los jesuitas ya habían sido desterrados de los territorios del Segundo Reich.
Nombrado Administrador Apostólico de Estonia por Pío XI el 5 de mayo de 1931, su vocación coincidió con la refundación y reorganización de la Iglesia católica en Estonia. Su compromiso en el campo cultural y pastoral, en constante diálogo no solo con el pequeño grupo local de católicos, sino también con miembros de las demás confesiones cristianas presentes en Estonia, lo llevó a estar cerca tanto de la intelectualidad de la república báltica como de a los más humildes. Como prueba de la entrega total con la que llevó a cabo las tareas que le encomendó la Santa Sede, en 1935 solicitó y obtuvo la ciudadanía estonia. Con su consagración como arzobispo en 1936 y la elección de no abandonar su cátedra durante la invasión soviética de junio de 1940, a pesar de haber tenido la oportunidad de escapar, optó por vincular su destino al del pueblo estonio. Las persecuciones religiosas soviéticas no perdonaron al arzobispo de Tallin: arrestado en junio de 1941, fue deportado a Kirov, ciudad rusa a unos 950 km de Moscú, donde murió en prisión en 1942.
La exposición con motivo de los ochenta años de su martirio se enmarca también en las celebraciones del primer centenario del reconocimiento diplomático de la República de Estonia por la Santa Sede, que tuvo lugar de facto en 1919 y de iure en 1921. La exposición, comisariada por la doctora Paas, ha sido posible gracias a los fondos de Renovabis, una organización de ayuda para Europa del Este de la Iglesia católica en Alemania, de Bonifatiuswerk, una institución benéfica creada para apoyar a los católicos de la RDA, y la colaboración de algunos voluntarios. La exposición ya ha demostrado ser un lugar precioso para compartir historias únicas. De hecho, muchos visitantes hablaron a los presentes de episodios relacionados con la vida personal o familiar de aquellos años en los que la libertad de expresión y de fe estaba constantemente amenazada.
“La exposición abrió los corazones de muchos. Es importante conmemorar la vida de un Siervo de Dios a través de conferencias, artículos e iniciativas como esta para ayudar a difundir la historia de su martirio y, así, fomentar el reconocimiento de su santidad”, continúa la doctora Paas. “Queremos conservar este patrimonio de historias de sacrificio y fidelidad a la Iglesia católica durante los casi cincuenta años de ocupación soviética, como la historia del mismo Eduard Profittlich SJ, y darlas a conocer a los jóvenes estonios de hoy. Actualmente, la comunidad católica en Estonia es muy pequeña, está compuesta por unos 6.000 fieles, es decir, el 0,5% de la población total. Eduard Profittlich es el primer religioso estonio camino de los altares.
(CD) (Agencia Fides 13/08/2022)
Esta es la cuarta etapa de esta exposición itinerante después de las realizadas en la catedral de San Pedro y San Pablo de Tallin, en la escuela católica de Tartu y en el Parlamento de Estonia. Nacido en el seno de una familia campesina en un pueblo del sur del Imperio Alemán, Eduard Profittlich ingresó en la Compañía de Jesús a la edad de 23 años en los Países Bajos, ya que los jesuitas ya habían sido desterrados de los territorios del Segundo Reich.
Nombrado Administrador Apostólico de Estonia por Pío XI el 5 de mayo de 1931, su vocación coincidió con la refundación y reorganización de la Iglesia católica en Estonia. Su compromiso en el campo cultural y pastoral, en constante diálogo no solo con el pequeño grupo local de católicos, sino también con miembros de las demás confesiones cristianas presentes en Estonia, lo llevó a estar cerca tanto de la intelectualidad de la república báltica como de a los más humildes. Como prueba de la entrega total con la que llevó a cabo las tareas que le encomendó la Santa Sede, en 1935 solicitó y obtuvo la ciudadanía estonia. Con su consagración como arzobispo en 1936 y la elección de no abandonar su cátedra durante la invasión soviética de junio de 1940, a pesar de haber tenido la oportunidad de escapar, optó por vincular su destino al del pueblo estonio. Las persecuciones religiosas soviéticas no perdonaron al arzobispo de Tallin: arrestado en junio de 1941, fue deportado a Kirov, ciudad rusa a unos 950 km de Moscú, donde murió en prisión en 1942.
La exposición con motivo de los ochenta años de su martirio se enmarca también en las celebraciones del primer centenario del reconocimiento diplomático de la República de Estonia por la Santa Sede, que tuvo lugar de facto en 1919 y de iure en 1921. La exposición, comisariada por la doctora Paas, ha sido posible gracias a los fondos de Renovabis, una organización de ayuda para Europa del Este de la Iglesia católica en Alemania, de Bonifatiuswerk, una institución benéfica creada para apoyar a los católicos de la RDA, y la colaboración de algunos voluntarios. La exposición ya ha demostrado ser un lugar precioso para compartir historias únicas. De hecho, muchos visitantes hablaron a los presentes de episodios relacionados con la vida personal o familiar de aquellos años en los que la libertad de expresión y de fe estaba constantemente amenazada.
“La exposición abrió los corazones de muchos. Es importante conmemorar la vida de un Siervo de Dios a través de conferencias, artículos e iniciativas como esta para ayudar a difundir la historia de su martirio y, así, fomentar el reconocimiento de su santidad”, continúa la doctora Paas. “Queremos conservar este patrimonio de historias de sacrificio y fidelidad a la Iglesia católica durante los casi cincuenta años de ocupación soviética, como la historia del mismo Eduard Profittlich SJ, y darlas a conocer a los jóvenes estonios de hoy. Actualmente, la comunidad católica en Estonia es muy pequeña, está compuesta por unos 6.000 fieles, es decir, el 0,5% de la población total. Eduard Profittlich es el primer religioso estonio camino de los altares.
(CD) (Agencia Fides 13/08/2022)
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