Thursday, July 03, 2008

Al anochecer, los invitamos a tener un encuentro con el Señor de la Vida


Mateo 9:1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: "Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados." Algunos de los escribas se dijeron: "Éste blasfema." Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: "¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados - dijo dirigiéndose al paralítico-: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa."" Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

El paralítico fué llevado a Jesús por sus amigos o vecinos. El perdón de sus pecados le fué concedido en la compañía de otros, sin los cuales no se podría haber acercado a Jesús.
Sucede lo mismo hoy día. Nos acercamos a Dios en la comunidad de la Iglesia y de muchos otros.
Nuestra Fe, aunque es personal, nunca es privada:
la Fe trae consigo las necesidades de otros, y la Fe en Jesús nos inspira a ser las personas que sanan a los enfermos, y las que ayudan a cualquiera que esté en dificultades.
Espacio Sagrado

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