Thursday, July 24, 2008

«El Concilio se ha quedado corto, hace falta una revolución en el seno de la Iglesia»


Le llaman el "ángel de la paz" y el "arcángel de niños y ancianos abandonados". El Padre Angel García, fundador y presidente de mensajeros de la Paz lleva toda su vida volcado con los más desfavorecidos. Hasta convertirse en un icono del amor y de la solidaridad cristiana. Libre y siempre profético, asegura que “el Concilio se ha quedado corto, pequeño. Hace falta una revolución en el seno de la Iglesia”. Empeñado en crear el Dia de los Abuelos, dice que “para los nietos, la figura de los abuelos es algo imprescindible”. Y con el dinero que consiga de su libro "El Padre Angel, mensajero de la paz" (Esfera de los Libros), ya está pensando en creare una casa para que puedan venir a curarse los niños de la guerra”. Todo un profeta del amor.
Hoy en Religión Digital tenemos al padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz. Recién llegado de Mieres



Sí. Queríamos hacer un homenaje a todos los abuelos que habían nacido, y muerto en la comarca de Mieres y La Rebollada, por los que estaban bien enterrados y por los que todavía hoy deben encontrarse en una cuneta. La Rebollada fue una zona muy conflictiva durante la Guerra Civil, y hubo mártires en las dos partes. Cayeron de los dos bandos, aunque todos eran personas, y a muchos les mataron por venganza y no por fe. Aunque hubo de todo. Leímos la bendición apostólica que nos envió el Papa para el Día de los Abuelos, que celebraremos este sábado en Oviedo.
Porque este sábado, festividad de San Joaquín y Santa Ana, se celebra el Día de los Abuelos, y Mensajeros de la Paz está intentando que se institucionalice en muchos lugares.

Hace ya 10 años que comenzamos a institucionalizar el día de los abuelos, no a comercializarlo. Aunque tampoco estaría mal que los grandes almacenes, igual que comercializan el día de los enamorados o el día del padre, impulsaran un día para los abuelos, para quererles y comprarles un detalle. Que se acuerden de llevarles una corbata, un ramo de flores, una colonia… pero sobre todo es una fecha para recordar y reconocer la labor de los abuelos. En estos meses, a muchos se les llena la boca diciendo que la familia se rompe, no es cierto. La familia en España no se rompe: todos creen en ella. Los políticos, la Iglesia… La prueba es que cuando te encuentras con cualquier político, desde Zapatero hasta Rajoy, todos hablan de sus abuelos. Los abuelos son imprescindibles para la familia. Y una familia donde hay abuelos a otra donde no los haya, cambia totalmente: esa dulzura, esa balsa de aceite. El abuelo que disculpa a los nietos. Algunos hemos fumado nuestro primer pitillo gracias a nuestros abuelos…
¿Crees que la sociedad española valora suficientemente lo que ofrecen las personas mayores a la sociedad?

Últimamente, se ha perdido mucho. Antes, el abuelo y la abuela eran los patrones de la familia, el mejor lugar de la mesa, la mejor silla eran para ellos. Hoy a veces los arrinconan a comer en la cocina, porque se les cae la sopa… Tenemos que aprender mucho de otros países, como los países árabes, donde la persona mayor es aquella a la que hay que escuchar siempre que sucede algo importante. Nadie comienza a comer antes de que llegue el abuelo. Pero también hay que decir que en España se valora a las personas mayores. Es verdad que muchas veces sale más lo negativo que lo positivo, de esos que abandonan a sus padres y sus abuelos: ya no sólo en las gasolineras, sino sobre todo en las residencias. Mira: los días 1 y 15 de estos meses de verano son cuando más ancianos hay en las urgencias. ¿Por qué? Porque durante los tres, cuatro días que están en el hospital ellos se pueden ir de vacaciones. Esta es la triste realidad. Pero a veces hay que ver la botella medio llena. Por eso estoy convencido que en este día va a haber mensajes, regalos, llamadas de teléfono… A los abuelos, sólo con que los nietos les digan que les quieren…
En Mensajeros de la Paz, este día, habéis preparado una encuesta original. Cómo ven los nietos españoles a sus abuelos.

Sí, es una encuesta preciosa en la que los nietos valoran a sus abuelos, y donde para muchos de ellos la figura del abuelo es algo imprescindible, tanto que si no estuvieran sus abuelos estarían más tristes. Y es verdad. El abuelo es el que le va a buscar a la guardería, es el que le da la comida, es el que está en casa con el niño esperando a que vengan sus padres de trabajar… La figura del abuelo de ahora no es la de la persona mayor con la boina y el pitillo. El abuelo es esa persona imprescindible en la familia. Cuando quisimos institucionalizar el Día de los Abuelos, fuimos a Roma. Estábamos con el cardenal Re, y me dijo “Cómo no voy a querer que se haga esta fiesta, si yo aprendí a rezar en las rodillas de mis abuelos, y soy cardenal, primero cura, gracias a mi abuelo”. Y es verdad: la mayor parte de los niños hemos aprendido los números, los nombres de los ríos de nuestro entorno, y a rezar, gracias a nuestros abuelos. Hoy algunos, cuando tenemos algunos niños pequeños, como Josué, hacemos lo mismo. Los abuelos son la figura más tierna. No hay cosa más preciosa que ver discutir a un nieto y a su abuelo, porque los dos juegan a ganar, y los dos son como niños. Ojalá los políticos, cuando dialogan, fueran capaces de llegar a esos acuerdos.
Cambiamos radicalmente de registro. Esta misma semana, Benedicto XVI designaba a Madrid como capital de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en 2011. ¿Qué te parece esta noticia?

A veces me dicen que estos actos en los que se llenan plazas, no sirven para llenar las iglesias. Y puede ser que sea verdad: pero hay que aprovechar estos actos como un motivo de alegría -que venga el Papa y jóvenes de todo el mundo-, para mostrar que la juventud y los valores están ahí. Incluso de otras religiones: porque nuestra religión, con ser la verdadera, no es la única, ni siquiera la única verdadera. El que se junten de distintas religiones jóvenes, o de distintas ideologías, siempre es una gozada y un bien para la sociedad. Van a ser unas jornadas en las que vamos a disfrutar todos, de las que desearíamos que se hiciera más hincapié en la pastoral de la Iglesia, pero allí están los curas y los obispos para que lo cambien.
¿Qué le pedirías al cardenal Rouco de cara a ese 2011?

Al cardenal lo que hay que pedir es que sea lo suficientemente ágil para encauzar de verdad los valores de los jóvenes. Siempre agradezco la parte humana del cardenal, cuando se pone de rodillas a jugar con los niños, o cuando acaba sus pastorales a niños, tiene expresiones fantásticas como “os mando muchos besos”, en lugar de sólo bendiciones. Nuestros padres, nuestros abuelos, más que bendecirnos lo que hacen es pedirnos un beso cuando llegamos a casa.
Sin embargo, esa cercanía que el cardenal tiene en algunas situaciones, parece lo contrario en su relación con la sociedad. Se observa un progresivo alejamiento de la Iglesia del conjunto de la sociedad, cada vez hay menos jóvenes que se declaran cristianos, y la imagen de la institución obtiene peor nota. ¿A qué se debe esto?

No hemos sido ágiles. La Iglesia ha sido pionera en obras sociales, en informática, en hacer partidas de bautismo… y ha sido pionera en catequesis. Y sin embargo nos hemos dormido, y eso hay que reconocerlo. Y si no lo reconocen los grandes jerarcas, peor para ellos. Creo que nos teníamos que actualizar. Del Concilio Vaticano hace más de 40 años, y no se ha vuelto a hacer otro. Hace falta una revolución en el seno de la Iglesia.
¿Hay que celebrar otro Concilio, o hacer cumplir el Vaticano II?

Sin duda. El Concilio Vaticano II se ha quedado corto, pequeño. Vamos a ver: estamos planteando cambiar la Constitución Española, que hace sólo 30 años que se aprobó, y todos queremos seguir viviendo de las rentas del Concilio. El Concilio se acabó. Hoy hace falta un Concilio para vivir el cristianismo en esta sociedad. Hoy hay un montón de personas que se unen parentalmente, a veces hombres con hombres o mujeres con mujeres, y a esos hay que darles una respuesta. Hay un montón de personas que están separadas o divorciadas y quisieran comulgar. A todo eso hay que dar una respuesta. No se puede contestar con respuestas de hace cuarenta años.
¿Crees que la Iglesia está preparada para afrontar esas respuestas?

Yo no sé a qué llamas Iglesia. Si llamas Iglesia a algún cardenal u obispo, pues tal vez sí. Pero si llamas Iglesia al cardenal Martini, que acaba de escribir un libro, sí está preparado.
¿Y para el padre Ángel?

Lo que dice el cardenal Martini, para mí sí es Iglesia. Yo respeto lo que dicen otros, pero a veces a hombres como Martini no les respetan. Debemos respetar las ideas. Ojalá, algún día, espero que antes de que este Papa se muera, las mujeres puedan ser sacerdotes, los sacerdotes que se han casado puedan ser sacerdotes otra vez, o al menos diáconos. Y no creo que esto sea ninguna herejía. Y si lo fuese, la retiro, pero estoy convencido de que no lo es. Y por eso sigo pidiendo que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes. No sería ningún pecado.
En el caso de España, ¿piensas que en los últimos tiempos la jerarquía eclesiástica ha estado demasiado diluida con el poder, que ha habido una excesiva politización?

La jerarquía de la Iglesia, nunca supimos estar al nivel que debíamos estar. En la época de la Dictadura, se la acusaba de estar con el poder; cuando ahora estamos en democracia, se acusa a la Iglesia de estar contra el poder… lo que tenemos que estar siempre es a favor de los pobres. Al poder hay que respetarle, y decirle también cosas. Lo que no puedes hacer es estar siempre en contra. Hay que saber dialogar. Y los obispos y los curas que saben dialogar, sin duda, hacen más labor por la sociedad que los que no. No se puede gobernar una sociedad con pastorales o con decretazos. Hay que gobernar una sociedad dialogando, conociendo los problemas de los demás. La Iglesia tiene que vivir esas experiencias dentro de sí. Pero aquí la culpa no sólo es del Papa, los obispos o los curas, aquí la culpa es de todos. Porque hay cristianos de un lado y cristianos de otros. Antes, en las iglesias, los hombres se ponían de un lado y las mujeres del otro. Y ahora empieza a haber iglesias para ricos e iglesias para pobres. Y eso no puede ser. La Iglesia tiene que ser para todos. Cristo decía que con una predilección especial por los pobres. Y hay iglesias en las que esto no sucede.
En 2011, Mensajeros de la Paz también cumple 50 años. En este libro que ustedes pueden ver, “El padre Ángel, Mensajero de la Paz” (La Esfera de los Libros), que modestamente he escrito sobre Ángel García, recreamos tu vida, la trayectoria de Mensajeros y las perspectivas de futuro. Hay un aspecto del que especialmente nos enorgullecemos, y es que parte de los beneficios de este libro van a ir a la construcción de la Casa de la Paz, que está a punto de ser inaugurada oficialmente. Me gustaría que nos hablaras de ese proyecto…

Sí. Desde hace unos años ya, desde que la maldita guerra de Irak causó tantas muertes y tantos minusválidos, estamos trayendo niños, más de 400 niños enfermos e inválidos de Irak y también de Sudamérica, para curarlos. Gracias a este libro, crearemos una casa para que cuando vengan estos niños, acompañados de sus padres, puedan estar unas temporadas para operarse, o ponerse unas prótesis. Hay un niño, Alí, que le faltan las piernas porque al tocar un objeto, una mina, al salir a jugar, se le cangrenaron los miembros. Pues a beneficio de chicos como Alí van las ventas de ese libro, en el que tú me has desnudado y yo he dicho cosas que a veces son incómodas y me pueden causar problemas. Pero decir las verdades, aunque puedan incomodar a alguien, si se habla con el corazón…
¿Cuál es tu mayor deseo con respecto a los niños y a esos abuelos cuya festividad vamos a celebrar este sábado?

Sobre todo, que sea una festividad tierna. Creo que no hay fiesta más tierna que el día de los Abuelos. Tú cuando ves a un abuelo o una abuela que se le cae la lágrima porque su nieto corra a darle un beso, eso es lo más bonito. Pedimos a los nietos que ese día, y otros días, vayan a comer con sus abuelos. Lo decía Madre Teresa: los adultos podemos vivir sin comer y sin tener techo, lo que no podemos vivir es sin cariño o sin alguien que nos quiera. Los abuelos quieren tener nietos que les quieran.
El Periodista Digital
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