Solidaridad

Solidaridad es una palabra muy utilizada. ¿Es un valor? ¿Es una moda? ¿Es un oficio?...
Uno de mis lectores mas asiduos me preguntó hace poco si podría hacer un artículo un poco más positivo entre las relaciones entre el Sur y el Norte.

La verdad es que he estado pensando en todo este tiempo, el que va desde este escrito y al último que colgué en el blog, y no se si es porqué ya ando cansada y con ganas de vacaciones y en este estado se ve todo más negativo, pero me resulta extremadamente difícil dar una mirada positiva a esta relación.

Hace unos días estuve en Burkina y un colega de otra oenegé me comentaba lo difícil que se presenta la situación para muchas familias del medio rural y también de las ciudades, donde en algunos barrios, para una parte de la población, la principal fuente de comida es la basura, y en el campo, las hojas y raíces que se encuentran en "la brouse". Comentaba que en estas circunstancias los donantes empezaban a abrir sus billeteras para apoyar proyectos capaces de reducir el sufrimiento de esta población tan vulnerable.

¿Esto es solidaridad? La respuesta podría ser sí. Es difícil soportar la visión cruda del sufrimiento, el hambre, la desnutrición y la muerte. Ante esta realidad los mecanismos de ayuda se disparan, sobretodo si ya existen vías abiertas.

Hace menos de un mes la FAO organizó una conferencia de alto nivel (los jefes de Estado estuvieron presentes) sobre la seguridad alimentaria mundial. Una de las frases en negrita del comunicado final es: "Reiteramos que es inaceptable que 862 millones de personas sigan subnutridas en el mundo de hoy". Pero la conferencia fue un fracaso, ya que no se superaron las divergencias, nadie estaba dispuesto a ceder sobre sus intereses. Así que lo inaceptable sigue siendo una realidad aceptada por todos.

Sigue siendo mucho más fácil movilizar dinero ante una hambruna que ante un campo que necesita abonos y material para ser trabajado y evitarla. Sigue siendo más fácil aumentar la ayuda al desarrollo (aunque sea poquito), que cambiar las reglas del comercio internacional de manera que cada productor o trabajador, tanto del Norte como del Sur, se beneficie de manera justa de su trabajo.

¿La famosa ayuda alimentaria es fruto de la solidaridad? ¡NO! Es fruto de los excedentes agrícolas que necesitan salir del mercado para que los precios internos no bajen, pero ahora tenemos el biocombustible, así que no hay excedentes, ni ayuda alimentaria... Y no defiendo la ayuda alimentaria como el mejor instrumento de ayuda, solo es un ejemplo para ilustrar cuales son las verdaderas motivaciones.

No culpo a los dirigentes del mundo, ellos solo son un espejo de lo que somos nosotros. Imaginemos que una hada pudiera repartir las riquezas del mundo de manera igualitaria para todos. ¿Nosotros los ricos, a pesar de que después del reparto no nos encontráramos en una situación de pobreza, aceptaríamos perder las comodidades con las que vivimos? Creo que la respuesta es no. Pienso que inventaríamos miles de argumentos para disfrazar nuestra decisión y sentirnos tranquilos. El objetivo es siempre mantener nuestra conciencia tranquila, o dormida, depende...El hada madrina tendría que actuar sin consultarnos. En un referendo la respuesta sería ‘no'.

¿Solidaridad? Puede que todo sea empezar, intentar cambiar costumbres en la vida de cada día para irse preparando progresivamente a la llegada de la hada...

Imma de Miguel

nacida en Soria en 1968, es bióloga con un postgrado en medicina tropical. Actualmente, trabaja en la campaña por un comercio con justicia de Oxfam Internacional en la República de Benin.

Del blog "Miradas de África"