NADA MÁS EXCELENTE QUE LA AMISTAD

El tiempo de verano y vacaciones es una excelente ocasión para hablar de amistad. Se lo dejo hacer a un clásico. Nada menos que a Cicierón. Su texto sobre la gratuidad del amor de amistad y la permanencia de esta después de la muerte no sólo muestra una gran espiritualidad, sino que parece escrito para ahora mismo:

”Puesto que las cosas humanas son frágiles y caducas, siempre se han de buscar algunos a quienes amemos y por quienes seamos amados; pues, quitado el afecto y benevolencia, se ha quitado de la vida toda alegría.

Para mí, Escipión, aunque nos fue arrebatado de súbito, vive y vivirá siempre, pues amé la virtud de aquel varón, y esa virtud no se ha extinguido aún.

Y no sólo la tengo yo ante mis ojos, yo que siempre estuve en contacto con ella, sino que está clara e insigne para la posteridad.

Nadie jamás emprenderá con ánimo y esperanza cosas mayores que no piense exponerse como modelo el recuerdo y ejemplo de aquél.

En verdad, de todas las cosas que me ha concedido o la fortuna o la naturaleza, nada tengo que pueda compararse con la amistad de Escipión: en ésta encontré comunidad de sentir en los asuntos públicos; en ésta, consejo en los asuntos privados; en la misma, descanso lleno de deleite.

Nunca le ofendí en lo más mínimo, cuando menos que yo supiera; nada oí de él que llegara a disgustarme.

Una era la casa, uno el alimento y una la mesa, y juntos no sólo en campaña, sino que también tuvimos comunes los viajes y nuestras vidas en el campo.

Pues, ¿qué diré de nuestras aficiones a saber y aprender siempre algo, en las cuales, apartados de los ojos del pueblo, consumimos todo nuestro tiempo libre?

Si el recuerdo y memoria de todo esto hubiese muerto con él, en modo alguno podría soportar la añoranza de varón tan unido a mí y tan amantísimo. Mas no está extinguida su memoria, sino más bien se alimenta y crece en mi recuerdo y con mi pensamiento.

Y si esto en mí estuviera extinguido, la misma edad me aporta un gran consuelo. Pues en esta añoranza ya no puedo estar mucho tiempo; ahora bien, todas las cosas breves deben soportarse, aunque sean grandes.Esto es lo que tenía que decir sobre la amistad; os ruego, pues, a vosotros que coloquéis a la virtud, sin la que la amistad no puede existir, en tal lugar, que, excepto ella, nada tengáis por más excelente que la amistad.” CICERÓN (De Amicitia)

Pedro Miguel Lamet SJ

Del blog "El alegre cansancio"

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