Thursday, May 03, 2012

El 'número dos' de Irlanda presiona para que dimita el primado católico



El viceprimer ministro recuerda en el Parlamento que el cardenal Brady protegió en los años 70 a un cura a sabiendas de que abusaba de menores


El viceprimer ministro y ministro de Exteriores de Irlanda, Eamon Gilmore, se ha sumado hoy a título personal a las presiones para que dimita el cardenal Séan Brady, primado de la Iglesia católica irlandesa, por su papel en los años 70, cuando era un simple sacerdote, en el encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por otro cura.
Gilmore, que es el líder del Partido Laborista –que gobierna en coalición con los nacionalistas conservadores del Fine Gael–, ha declarado este jueves en el Parlamento irlandés en Dublín: “Soy de la opinión personal de que alguien que no se ha enfrentado a la enormidad de los abusos que hemos visto en este caso no puede estar ejerciendo una posición de autoridad”.
El cardenal Brady está bajo la sombra de los abusos sexuales cometidos en Irlanda desde hace tiempo. En diciembre de 2009, cuando se publicó uno de los varios informes sobre esos abusos en Irlanda, Brady se comprometió a dimitir si se encontraba algún caso de abusos como resultado de fallos en su gestión. En marzo de 2010 se negó a dejar el cargo cuando se supo que en 1975 había convencido a un niño de 10 años y a una niña de 14 para que aceptaran el voto de silencio sobre los abusos a que habían sido sometidos por el padre Brendan Smyth, un sacerdote que sería declarado culpable de 74 casos de abusos entre 1958 y 1993 y que moriría en la cárcel en 1997, a los 70 años.
Brady dijo hace dos años que no dimitía porque en aquellos tiempos “no era obispo, no ejercía cargos de dirección, era un maestro de secundaria y estaba allí tomando declaración”. Ahora ha reiterado que no se irá a pesar de que la BBC ha divulgado un reportaje en el que se revela que aquel niño que aceptó silenciar los abusos que había sufrido, Brendan Boland, le hizo llegar a Brady y sus colegas una lista de los niños que a su juicio habían sido abusados por el padre Smyth. El ahora cardenal Brady no hizo nada con aquella lista: ni se la hizo llegar a la policía ni contactó con los padres de los afectados.
El primado irlandés se ha reafirmado ahora en que no piensa dimitir porque cuando ocurrieron aquellos hechos “yo no tenía absolutamente ninguna autoridad sobre Brendan Smyth”. “Ni siquiera mi obispo tenía autoridad sobre él”, asegura en una larga nota en la que acusa a la BBC de “exagerar deliberadamente y tergiversar mi papel en aquellos acontecimientos”.
“El comentario en el programa y gran parte de la cobertura de mi papel en aquella investigación da la impresión de que yo era la única persona que conocía las acusaciones contra Brendan Smyth en ese momento, y que por el puesto que ocupo ahora en la Iglesia tenía entonces de alguna manera el poder de parar a Brendan Smyth en 1975”, se queja el líder de los católicos irlandeses.

 Londres 
El País

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