Sunday, May 06, 2012

FIDELIDAD


Por David Llena

Y esto es lo que más me cuesta Señor y Tú lo sabes. Mil propósitos hago y mil propósito incumplo. Me repito cada vez: “Solo la intención basta”, “solo poner mi voluntad junto a Él” pero en cuanto viene la prueba, en cuanto falta tu sostén mi vida cae.

Soy como ese niño que camina feliz y seguro de la mano de su padre, pero este tiene que ausentarse un momento y le dice: “Quédate aquí, quieto, no te muevas que pronto vuelvo” pero apenas noto la ausencia, mi curiosidad me lleva a no permanecer en aquel lugar. Me levanto, comienzo a curiosear y pronto me pierdo sin saber volver.

¿Por qué es así el ser humano? ¿Por qué esa tendencia? anda buscando algo que le satisfaga pero solo el hacer tu voluntad es su descanso y satisfacción. No sabemos esperar a que vuelvas, queremos la satisfacción ya, y eso nos lleva a buscarla por nuestra propia cuenta, al margen de ti. Hazme ser más paciente, padecer no es solo pasar malos ratos, sino ser capaces de ser fieles aunque no te sintamos cerca. La fe fuerte sabe que estás ahí aunque no te sintamos.

Que seamos como dice el salmo “esperándote como el centinela a la aurora” (Sal 129), vivir la vida, nuestro oficio, nuestro estado personal, soltero o casado, consagrado o viudo, vivir con la fe suficiente para saber que estás ahí que en la normalidad de nuestros días estás tú, haciendo cada momento especial en su cotidianidad, especial solo porque todo un Dios está en ese instante en ese quehacer diario, que hagamos cada día presente tu presencia en nuestra vida.

Y así Señor, que vaya creciendo nuestra amistad contigo, desde la aurora, haciendo un alto al comenzar el trabajo, o al acabarlo, al llegar a casa o al acostarnos en nuestras comidas o en nuestros ratos de ocio, tener presente a Aquel que anhelamos; a Aquél, que como dice San Agustín, ansía encontrar nuestro corazón sin saberlo.

Y esto es lo fundamental. Ser fieles es, ser paciente en la cotidianidad, es levantarse pronto tras la caída, es saber que sin Él no podemos hacer nada, y así en todo lo que hacemos vemos enseguida su mano. Ser fiel a Cristo, lleva a ser fiel en la vida, en nuestra situación en nuestra relación con los demás, a tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo como nos exhorta San Pablo (Flp 2,5)
Unidos a la vid de su savia brotarán los frutos, pero… ¡Señor me cuesta tanto ser fiel!

Betania

1 comment:

sonia tolfo said...

Cuesta mucho ser fieles a nosotros mismos y por lo tanto, es difícil la fidelidad en la fe.