20 de mayo, 2012. (Romereports.com) Al hablar de los Jesuitas siempre vienen a la mente nombres como San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja o San Franciso Javier. Pero pocos conocen la importancia de Diego Laínez, primer sucesor de San Ignacio al frente de la Compañía de Jesús.
P. Joaquín Barrero
Asistente del Padre General, Compañía de Jesús
“Diego Laínez fue una persona más de estudio, más de reflexión, más concentrada en los problemas teológicos de aquel entonces. Sólo al final de su vida entró en las dimensiones de gobierno que fueron las que llenaron más la vida de San Ignacio y San Francisco de Borja”.
San Ignacio de Loyola vio que Diego Laínez destacaba por sus conocimientos de teología y le envió a participar en el Concilio de Trento. Allí se convirtió en uno de los padres conciliares más destacados e influyentes.
P. Joaquín Barrero
Asistente del Padre General, Compañía de Jesús
“Su actuación en el Concilio de Trento fue especialmente significativa y especialmente brillante. Hay actas del Concilio en donde hablan de la recepción tan positiva que dieron a su doctrina, especialmente en temas complejos como era el tema de la justificación, en temas de doctrina teológica en torno a los sacramentos o en temas ya más de la vida práctica de la Iglesia, temas de la residencia de los obispos o cosas similares”.
En la actualidad, los Jesuitas continúan en los cinco continentes la tarea de evangelización iniciada por San Ignacio de Loyola. Tienen especial importancia Asia y África, donde están surgiendo muchas vocaciones en la Compañía de Jesús.
P. Joaquín Barrero
Asistente del Padre General, Compañía de Jesús
“En estos momentos somos 18.000 los jesuitas. Estamos en un proceso de disminución en Europa y en Estados Unidos, pero en un proceso de crecimiento grande en Asia y África. La Compañía siempre tuvo, desde San Ignacio, este afán de universalidad”.
Desde el pasado 21 de abril están celebrando el quinto centenario del nacimiento de Diego Laínez. A lo largo de 2012 hay previstos tres ciclos de conferencias y una exposición para recordar la figura de este jesuita decisivo para la historia de la Iglesia pero con poco afán de protagonismo.
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