Los cardenales nombrados en abril por Francisco también estudian algunos asuntos relacionados con la vida de la Iglesia
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
Se reunirán oficialmente en octubre, pero ya están trabajando y aprovecharán el verano para llegar a la primera cita con las ideas claras: los ocho cardenales nombrados como “consejeros” por el Papa Francisco el pasado 13 de abril, a un mes exacto de su elección, están evaluando ideas y propuestas. Y no se ocuparán solamente de la reforma de la Curia.
Al anunciar la decisión de Francisco, de hecho, la Secretaría de Estado indicó que el grupo de fue creado para aconsejar al Papa «en el gobierno de la Iglesia universal y para estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica “Pastor bonus” sobre la Curia romana». El “consejo” sobre el gobierno de la Iglesia universal no es, evidentemente, secundario frente a la reforma de la Curia, a pesar de que esta última represente el trabajo más concreto.
A los ocho purpurados (Giuseppe Bertello, Francisco Javier Errázuriz Ossa, Oswald Gracias, Reinhard Marx, Laurent Monsengwo Pasinya, Sean Patrick O’Malley, George Pell, Andrés Rodríguez Maradiaga), coordinados por el hondureño, hay que sumar, con función de secretario, al obispo de Albano, Marcello Semeraro. En un futuro podría incluso integrarse un exponente de las Iglesias orientales. Todos ellos son cardenales, por lo que, de por sí, se trata de colaboradores cercanos al Papa, y al mismo tiempo se han visto involucrados en los órganos de representación de las Conferencias episcopales para mejorar la relación entre el centro y la perifereia, entre Roma y las Iglesias locales, que es una de las peticiones que se escuchó con mayor énfasis durante las reuniones pre-Cónclave. Antes de la reunión de los ocho cardenales, es decir durante el verano, se definirá mucho más claramente la naturaleza de este consejo y su identidad.
Los ocho cardenales han tenido encuentros por separado con el Papa, se encuentran en constante contacto entre ellos, intercambian material y propuestas que llegan sobre las posibles reformas. En cuanto a la Curia romana, ya se ha dicho mucho: una urgencia que fue planteada claramente durante las reuniones de los cardenales en las congregaciones generales, por lo que se prevé una agilización de las estructuras, la fusión de algunas oficinas, una mayor coordinación entre los dicasterios, una mayor y mejor comunicación entre ellos y el Papa. Aunque no forman parte de las prioridades del consejo, las reformas relacionadas con las estructuras económico financieras de la Santa Sede, las palabras que dijo el coordinador Maradiaga dan a entender que este sector también está incluido en el trabajo de los ocho cardenales.
El verano servirá para catalogar y compartir el material que han recopilado hasta ahora. Los ocho cardenales se ocuparán de la Curia y de muchos aspectos que van más allá de la necesaria reforma. Evaluarán, efectivamente, algunas propuestas relacionadas con la vida de la Iglesia, en general, siguiendo las indicaciones de Francisco. Al releer con atención algunos de los recientes discursos del Papa, es posible encontrar algunos de estos temas. Cuando recibió a los miembros de la Secretaría del Sínodo, Bergoglio, por ejemplo, insistió en la necesidad de reflexionar sobre los problemas de la familia, sobre el hecho de que hoy muchas personas no se casan y conviven, por lo que el matrimonio se vuelve «provisorio».
También invitó a reflexionar sobre la Nueva Evangelización, partiendo de la “Evangelii nuntiandi” de Pablo VI y de su consciencia sobre las «condiciones de la sociedad» que nos «obligan a replantear los métodos, a tratar, con todos los medios, de estudiar cómo llevar al hombre moderno el mensaje cristiano». Es necesario, dijo Francisco el 13 de junio, «dejarse conducir por el Espíritu Santo, incluso si nos lleva por nuevos caminos».
Otro de los temas importantes es el camino ecuménico. Estos argumentos también surgieron durante las congregaciones generales de los cardenales antes del Cónclave. La decisión de Francisco de nombrar a los ocho “consejeros” y las cuestiones sobre las que están trabajando indican la voluntad de escuchar concretamente las peticiones que hicieron y compartieron los purpurados antes de la elección del nuevo Papa.
Vatican insider
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