“Hay valores evangélicos subyacentes a las manifestaciones”
Las protestas "nos cuestionan y testimonian
que ya no se puede vivir en un país con
tanta desigualdad"
Al terminar el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Brasil (CNBB), los obispos afirmaron en un comunicado que "las manifestaciones de estos días muestran que los brasileños no están durmiendo en el "esplendor de un barco".
En el texto presentado en una conferencia de prensa por el presidente de la CNBB y arzobispo de Aparecida, cardenal Raymundo Damasceno Assis, y el secretario general, monseñor Leonardo Steiner, OFM, obispo auxiliar de brasilia, los obispos declararon su "solidaridad y apoyo a las manifestaciones, aquellas pacíficas, que han llevado a las calles a personas de todas las edades, especialmente a los jóvenes".
En otra parte del comunicado, señalan que se trata de "un fenómeno que involucra a los brasileños y los despierta a una nueva conciencia". Se requiere "atención y discernimiento", añaden, " para que se identifiquen los valores y límites, siempre con miras a la construcción de aquella sociedad justa y fraterna que deseamos".
La visita del papa
En otra parte de la conferencia, el cardenal Damasceno se refirió a la inminencia de la próxima visita del papa Francisco al Brasil en julio para la Jornada Mundial de la Juventud.
Según informaciones difundidas ayer, el alto prelado confía "que la Jornada se realice de manera calma y tranquila y que reciba a los jóvenes que vendrán desde todas las partes del Brasil y de otros países, para que se sientan bien acogidos y puedan pasar esos días aquí sin problemas".
Por otro lado, invocó al Estado a que "otorgue garantías de tranquilidad en todos los sentidos, con todos los servicios, (así) como de poder movilizarse por las calles".
No a la violencia
En relación a los actos de vandalismo, la CNBB evalúa que "nada justifica la violencia, la destrucción de bienes públicos y privados, la falta de respeto y la agresión a las personas e instituciones, como tampoco la restricción a la libertad de movilizarse, de pensar y actuar de manera diferente, algo que debe ser rechazado con vehemencia".
Fueron tajantes al manifestar que cuando esto ocurre, "se niegan los valores inherentes de las manifestaciones, estableciéndose una corrosiva inconsistencia que lleva al descrédito".
Por último, los obispos manifiestan su deseo de que estas manifestaciones sirvan para "el fortalecimiento de la participación popular en el destino de nuestro paísy anuncien nuevos tiempos para todos."
A propósito de las movilizaciones, la CNBB emitió hoy un comunicado en el que expresa su «solidaridad y apoyo» a las protestas, «siempre que sean pacíficas».
«Se trata de un fenómeno que involucra al pueblo brasileño y lo despierta para una nueva conciencia. Las protestas requieren atención y discernimiento a fin de que se identifiquen sus valores y límites, teniendo siempre en vista la construcción de la sociedad justa y fraterna que deseamos».
Agrega que por haber nacido «de manera libre y espontánea a través de las redes sociales», las protestas «nos cuestionan a todos nosotros y testimonian que ya no se puede vivir en un país con tanta desigualdad» y «se apoyan en la justa y necesaria reivindicación de políticas públicas para todos».
«Gritan contra la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia en la gestión pública. (...) Son, al mismo tiempo, testimonio de que la solución de los problemas por los que pasa el pueblo brasileño solo será posible con la participación de todos», reflexionan los obispos brasileños.
Las protestas «hacen renacer la esperanza cuando gritan 'El gigante despertó'».
Según el obispo auxiliar de Belo Horizonte, Joaquim Mol, presidente de la Comisión episcopal para la educación y la cultura, "es necesario identificar los valores evangélicos que subyacen a las manifestaciones y hacerlos explícitos en su aspecto propulsor para un mundo mejor".
João Carlos Petrini, obispo de Camaçari y presidente de la Comisión Vida y Familia, sostiene que las manifestaciones "abren la vía a nuevos evangelizadores", puesto que indican las esperanzas de un cambio que encuentran su respuesta en Jesús. Luiz Majella Delgado, obispo de Jataí y presidente de la región Centrooccidental, insiste para que la palabra de la iglesia llegue a las parroquias y a las comunidades en las misas del fin de semana.
(RD/Agencias)
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