«Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». (Ortega y Gasset)
26 de enero Domingo III del TO
Mt 4, 14-23
"Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Nueva del reino y sanando entre el pueblo toda clase de enfermedades y dolencias"
La película El Mayordomo (EE UU 2013, director Lee Daniels) es una invitación apremiante a la defensa de los derechos civiles de los negros: los de la Guerra de Secesión y los de siempre. Alguien tiene que hacer algo, porque "los que no hacen nada favorecen la violencia", como dice uno de los protagonistas. Ni el conformismo, ni el esperar a que las cosas se resuelvan por sí mismas son posiciones sensatas. La frase de Martín Lutero King con que se abre el film es contundente: "La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad: sólo la luz puede".
En el largometraje de la Santa Iglesia hay muchos fotogramas velados que dificultan el visionado de la Buena Nueva original. Y el compromiso de este aportar luz para lograrlo compete en primer término a los cristianos. "Es obligación de los negros conseguir lo que quieren", puede escucharse de boca de uno de los protagonistas de la citada película.
Cuando Jesús se propuso iniciar su actividad pastoral para defender con palabras y obras –proclamando y sanando- las injusticias de sus conciudadanos, salió en tromba empujado por la fuerza del Viento del desierto y del Bautismo: ¡Arrepentíos que está cerca el reinado de Dios! No se para en barras y arremete con el de agridulce sabor a piel de camello y langostas de Juan el Bautista en el paladar.
Su sucesor en Roma no se queda a verlas venir. En el Nº 83 de la Evangelii Gaudium denuncia a los suyos con no menos leñosos aromas: Así se gesta la mayor amenaza, que «es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad». Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo.
La acusación del Papa es grave y no podemos echarla en saco roto. El vocablo mezquindad lo define el diccionario, aparte de avaricia, tacañería, como ruindad, falta de nobleza. Y esta leyenda del escudo cristiano, junto con momias de museo, honra poco a quienes representa. Francisco no se contenta con acusar, propone acción:"Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad".
Quizás necesitamos salir de la tumba de la resignación y resucitar en nosotros no ya las ansias de justicia sino las de proclamar la Buena Nueva del reino y sanar entre el pueblo toda clase de enfermedades y dolencias. Es lo que hizo en su vida pública Jesús y Pablo nos recomienda en Ef 5,14: "Levántate de la muerte y te iluminará el Mesías".
Ortega y Gasset escribió una memorable expresión en Meditaciones del Quijote -que debe ser el hacer de nuestro compromiso social- de cuya segunda parte, clave de la primera, pocos se acuerdan: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo». Sor Lucia Caram, religiosa dominica de clausura reveló este talante evangélico de todo cristiano con el título de su libro "Mi claustro es el mundo".
FIESTA DE VIVIR
El júbilo, como el tapiz, se teje
con numerosos hilos.
El llanto es más posible
cuando los ojos se hartan de estar solos
Fiesta es vivir en compañía.
La tristeza
siempre está sola.
Es como un lago: Agua
que nunca desemboca.
Fiesta es el río
porque nutre, acompaña, ama la tierra
y viste las orillas.
Vivir es entregarse
a alguien, andar juntos, conversar
ir aumentando el mundo con palabras
dichas a medias.
Fiesta es vivir en compañía,
cantar en coro, en orfeón de almas.
Vivimos juntos y morimos solos.
Fiesta es amar a Dios en compañía.
José María Fernández Nieto
Vicente Martínez
Comentario Editorial
Fe Adulta
Comentario Editorial
Fe Adulta
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