No sería nada extraño que Ingrid Betancourt escribiera su experiencia de cautividad durante seis largos años en la selva colombiana. Se ha especulado sobre su espectacular rescate y algunos apuestan a que hay un precio detrás. Lo cierto es que los detalles de la operación han sido expuestos a la luz, y quienes tienen por costumbre dudar de la credibilidad del operativo no muestran más que sospechas sin fundamento.
A medida que Ingrid va dejando salir a la luz su historia, conocemos que durante todo su cautiverio se mantuvo fiel a la lectura de la Biblia y al rezo del rosario. Ya es noticia que este fin de semana visitará la gruta de Lourdes con el deseo de desgranar allí las jaculatorias frente a la Inmaculada Concepción, que es como la misma virgen se identificó ante Santa Bernardita. Es una acción de gracias que se prolongará con la visita al Santo Padre en agosto.
El milagro de su rescate, quedó reflejado en sus propias palabras frente a los periodistas, dando gracias a la Virgen y a Dios. Pocos han hablado de cómo la fe puede mantener la llama de la esperanza en las condiciones más adversas. Dejemos que sea la propia Ingrid quien vaya descubriendo poco a poco los detalles de su cautiverio y los momentos fuertes de oración que se habían consolidado durante esos seis años. Ha revelado el acuerdo establecido con su madre para que todos los sábados a la misma hora se unieran ambas en el rezo del rosario. Ella misma confeccionó en la selva el que ahora lleva siempre en su mano.
Ingrid es una mujer fuerte, divorciada, y casada en segundas nupcias, madre de dos hijos y católica, pero no especialmente practicante. Sin embargo la experiencia de su vida en la selva le ha llevado a un encuentro con la fe. Yo creo que a partir de ahora la imagen de Ingrid no será exclusivamente la de la política. Además, de sus ideas, tiene la profunda convicción de que la oración forma parte de las medidas para conseguir pacificar a su país. Una propuesta que también ha realizado la Conferencia Episcopal Colombiana, solicitando se intensifiquen las vigilas de oración a favor de la paz.
Los creyentes estamos celebrando el 150 aniversario de las apariciones en Lourdes. En el pequeño pueblo francés el cuerpo incorrupto de Santa Bernardita y la avalancha de peregrinos de todas las nacionalidades testimonian la confianza en los milagros y en la Virgen de miles de personas. Cierto que sin una profunda fe interior la visita puede quedarse en pura anécdota turística. Yo realice un viaje familiar y bebimos de las aguas milagrosas del manantial. Asistimos a la eucaristía y cumplimos con el ritual de adquisición de souvenir para nosotros y nuestros amigos.
Cada uno de nosotros llevaba una petición. La mía era sólo una acción de gracias, como también lo será para Ingrid. No es necesario peregrinar tras la búsqueda de un milagro. Basta reconocer la intercesión divina en nuestra vida diaria para que cualquier peregrinaje sea un camino de acción de gracias. Así será también para los jóvenes que asistan al encuentro mundial en Sydney junto al Papa, quienes tendrán la oportunidad de ganar el jubileo por deseo expreso de su Santidad.
Para quienes sufrimos el rigor de los calores estivales, seguiremos en comunión con cada uno de los actos que se celebran este mes de julio. Sin olvidar que las vacaciones, quienes las disfruten, también deben ser un tiempo especial para dedicar a Dios, además de a la familia. No se pierdan el vídeo, me ha sido imposible subirlo.http://es.youtube.com/watch?v=onRDWXUQCX4
Carmen Bellver
Del blog "Diálogo sin fronteras"
El periodista Digital
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