Monday, June 28, 2010

¡El partido!


"Los gobernantes del mundo paran para ver el Mundial"

"Me importa muy poco si España gana a Portugal"


(José Ignacio Calleja).- La verdad, me importa muy poco si gana España a Portugal, o si pierde. Prefiero que ganen, pero si pierden, me quedo tan tranquilo. Me pregunto si estoy fuera del mundo para sentirme de este modo, pero es la verdad. No tengo el menor interés en ver el partido. Si coincide que estoy en casa, y está el televisor encendido, lo miro de vez en cuando; y si tengo otra cosa que hacer, o me reclaman para algo, o me atrae cualquier tarea, lo dejo de lado, y carece de mérito el no verlo. Es así, y lógicamente, me causa perplejidad que los gobernantes del mundo paren sus actividades para ver el partido de su selección. ¿O también esto es pura pose política? Ya no sé que pensar. Se les caen los países a jirones, toman medidas que dejan "el estado social" hecho unos zorros, y no pueden renunciar al partido porque en ello les va la vida. ¡Es todo tan ridículo!


A ver, que entiendo muy bien que a la gente le guste el fútbol, y que no tengo ningún espíritu elitista al expresar mis sentimientos hacia él. Simplemente que no está mal que se oigan voces para las que esta cuestión, "el partido", carece de especial interés o deseo, que no tienen que hacer esfuerzo alguno para dejarlo de lado, y que no viven fuera del mundo, en el limbo de los justos. En serio, de las cosas que el Seminario nos enseñó, una de las que más le agradezco, y con él a mis padres, es el saber ordenar las cosas de la vida y dominarlas.


Todo este "rollo" mediático, competitivo, económico y nacionalista, lo entiendo, pero a mí no me pillan en esas emociones del "nosotros" y "a por ellos". No, no, un punto de cordura en todo, y en esto también. ¿Qué es eso de dejarse pillar impunemente en medio de una batalla tan hermosa como interesadamente manipulada?


Claro que no hay situaciones sociales puras, pero me sorprende que en el terreno del fútbol, y "el mundial", se dé por cultural y políticamente digno rendirle pleitesía sin titubeo. Ya sé, ya sé, todo eso de que la gente vive (vivimos) de emociones y pasiones indescifrables, y que el fútbol las expresa entre nosotros como ninguna otra realidad, pero eso no significa que no puedan relativizarse y, con naturalidad, decir de ellas esto: cuidado, tienen trampa, y hay mucha gente que se aprovecha de ello; y, segundo, no puedo, ni quiero vivir sometido a una pasión divinizada en forma de balón, bandera y colores. Me niego.


Me niego. No veré el partido; no me supone ningún esfuerzo y no me importa cuál sea el resultado. Una minoría, desde luego, pero un punto de vista legítimo y digno. Paz y bien.

RD

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