Este día internacional fue una iniciativa, en 1957, del Movimiento por los derechos humanos ATD Cuarto Mundo (Aide à Toute Détresse Quart Monde), cuyo fundador fue Joseph Wresinski (1917-1988), sacerdote francés, nacido en una familia extremadamente pobre. La iniciativa fue acogida por la ONU y por la UNESCO. Este año el lema es De la pobreza al trabajo decente. Reduciendo la distancia.
MENSAJE DE SR BAN KI-MOON, SECRETARIO GENERAL CON OCASIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA
Este año, la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se centra en el trabajo decente, el empleo digno y los medios de vida generadores de ingresos: en otras palabras, en el empleo.
El trabajo decente y productivo es uno de los medios más eficaces para luchar contra la pobreza y promover la autosuficiencia.
Sin embargo, hoy en día más de la mitad de la población activa mundial tiene empleos vulnerables. Carece de acuerdos formales de trabajo y de seguridad social y a menudo no gana lo suficiente para mantener a su familia, y menos aún para mejorar sus oportunidades económicas. Según las estimaciones, la crisis económica mundial ha sumido en la pobreza a otros 64 millones de personas, y el desempleo ha aumentado en más de 30 millones de personas desde 2007.
¿Cómo se puede salvar la distancia entre pobreza y trabajo decente? Invirtiendo en políticas económicas y sociales que fomenten la creación de empleo, promoviendo condiciones de trabajo decentes y mejorando los sistemas de protección social. También es esencial el acceso a la educación, la salud pública y la formación profesional.
Debemos asimismo hacer especial hincapié en el empleo de los jóvenes. La probabilidad de que los jóvenes sufran desempleo es tres veces mayor que la de los adultos. El año pasado hubo más de 81 millones de jóvenes desempleados, el mayor número registrado hasta la fecha. Una de las mejores maneras de que los jóvenes vean el futuro con esperanza es contar con un trabajo decente.
En la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se celebró el mes pasado en Nueva York, los líderes mundiales acordaron un programa de acción para intensificar la lucha contra la pobreza en el mundo. Pese a los alentadores avances registrados en muchas partes del mundo, cientos de millones de personas siguen viviendo en condiciones atroces, sin disfrutar siquiera de los servicios más básicos. Es esencial afrontar la crisis mundial de empleos para cambiar este panorama: para erradicar la pobreza, reforzar las economías y construir sociedades pacíficas y estables.
La incertidumbre económica y la austeridad fiscal generalizadas no deben ser excusas para hacer menos. Son, más bien, razones para hacer más.
En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, escuchemos las voces de los pobres y procuremos ampliar las oportunidades de empleo y las condiciones de trabajo seguras en todas partes.
Esforcémonos por lograr un mundo con trabajo decente para todos.
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