Roma se inunda de souvenirs de Juan Pablo II

26 de abril, 2011. (Romereports.com) Juan Pablo II saluda a los peregrinos desde todas las esquinas de Roma. Su rostro ha inundado la Ciudad Eterna con carteles y souvenirs de todo tipo y para todos los gustos. Los más atrevidos también volverán satisfechos a casa. Hay productos más que singulares que demuestran la capacidad de imaginación de los comerciantes.

“Tenemos postales, tapices, libros, algunos cuadros de plata”.

“Tenemos un buen surtido de rosarios que se venden mucho, libros con fotos del Papa”.

“Los rosarios con la cruz del Papa. Cuadros de plata, cuadros que no son de plata, de madera de todos los tamaños y calidad”.

Estos comerciantes romanos saben que los miles de peregrinos querrán llevarse un recuerdo del papa Juan Pablo II y se han preparado a conciencia para que a nadie le falte de nada.

“Nos hemos preparado bien porque ya vimos la cantidad de gente que vino cuando murió el Papa. En esos momentos no se podía atravesar la calle, no se podía pasar y supongo que ahora será como entonces”.

Los objetos de devoción van desde las tradicionales postales hasta pequeñas estampas con frases en todos los idiomas. Aunque los productos más demandados son los rosarios.

“Lo que más se vende yo diría que son los rosarios pero ahora como ahora, yo diría que los llaveros porque cuando vienen quieren llevarse un pequeño regalo y los llaveros están al alcance de todos”.

Hay souvenirs para todos los bolsillos. Quienes no escatimen en gastos pueden llevarse incluso tapices de tres metros de altura, cuadros de plata, colgantes de oro o casullas con un bordado de Juan Pablo II.

Los más atrevidos también volverán satisfechos a casa. Hay productos más que singulares que demuestran la capacidad de imaginación de los comerciantes.

“Se venden camisetas con la foto de Juan Pablo II, con un corazón “I love Juan Pablo II” y también bolsos”.
Y es que en el mundo de los souvenirs se mezcla devoción y el desafío de vender el objeto más original para la próxima beatificación de Juan Pablo II.