Ciudad del México (Agencia Fides) – El mango, fruta tropical que crece en América Latina, fue sin duda una de las frutas favoritas del papa Juan Pablo II, quien lo probó por primera vez durante su viaje a México.
Dado lo mucho que le gustó, en las visitas pastorales sucesivas, los responsables de la hospitalidad siempre prepararon platos dulces y diferentes para el Papa usando este fruto. El P. Daniel Villalobos, quien era una de las personas más cercanas al Cardenal Corripio Ahumada, Arzobispo Primado de México, ha visto no sólo como el Santo Padre Juan Pablo II disfrutaba con esta fruta tropical, sino también la preocupación del Arzobispo, que enviaba a Roma, periódicamente, algunas cajas de "mangos" para que no faltasen en la mesa del Papa.
“Incluso cuando el Santo Padre estaba ya muy enfermo – afirma el p. Villalobos en un comunicado enviado a la Agencia Fides desde la Archidiócesis de México con ocasión de la próxima beatificación de Juan Pablo II - el Cardenal Corripio, a través de un amigo, le envió mangos. Para comprobar que habían llegado a Su Santidad, le preguntó al Cardenal Leonardo Sandri, que había sido nuncio en México, y en ese momento era subsecretario de Estado”.
En México hay algunos dichos populares que conectan al Papa Juan Pablo II con dos estados de México: Oaxaca y Veracruz, y precisamente los mangos producidos en esa tierra eran enviados al Papa en el Vaticano.
(CE) (Agencia Fides 28/04/2011)
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