Wednesday, July 06, 2011

Los inmigrantes latinos dejan España para ir a Brasil



Varios estudios revelan un giro en la tendencia migratoria a causa de la crisis

J. L. CELADA | La crisis que padece hoy España se está dejando sentir en todos los ámbitos, especialmente en el laboral, hasta el punto de que, por primera vez en 35 años, el país registró en 2010 una tasa de salida de población activa mayor que la de entrada. Si entre 2003 y 2007 recalaron entre nosotros decenas de miles de inmigrantes, la situación actual ha invertido ese flujo migratorio, de tal modo que los extranjeros buscan oportunidades en otros lugares. Y, en estas circunstancias, Brasil se ha convertido en el primer destino de los latinoamericanos de baja formación.

Según diversos estudios que investigan las respuestas de esos inmigrantes ante la crisis y el impacto de la misma en dicho colectivo, el gigante latinoamericano figura –junto con los Estados Unidos y Argentina– entre los tres lugares preferidos por los sudamericanos que buscan un empleo. Por otro lado, una encuesta de la empresa de recursos humanos Randstad –de la que se hace eco BBC América Latina– revela que el 65% de los inmigrantes indocumentados que viven en España están pensando o ya han decidido cambiar Europa por otro lugar si no logran encontrar trabajo antes de 2012.

Todo ello confirma unos flujos que ya han comenzado: el año pasado, 48.000 inmigrantes llegaron a España, mientras que 43.000 extranjeros regresaron a sus países de origen, a los que cabría añadir los 90.000 españoles que salieron al exterior en busca de trabajo. Este cambio de tendencia es tan rápido que –según las previsiones de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada–, si la crisis se mantiene como ahora, en 2014 apenas llegarán a España 3.000 inmigrantes.

Bajo el título Movilidad laboral, el estudio de Randstad apunta que los inmigrantes con poca formación, empleados antes en el sector servicios o en la construcción (detonante de la crisis), ya no tienen cabida. Y es que, según datos oficiales, entre 2008 y 2010 quebraron en España más de 200.000 empresas constructoras, que daban trabajo al 70% de los inmigrantes sudamericanos. Asimismo, la mayoría de los extranjeros entrevistados desea dejar España y cruzar de nuevo el Atlántico, aunque teme por la crisis política y económica en América Latina. Solo la actual bonanza financiera de Brasil, pese a sus críticas a la falta de seguridad en el país, les produce ahora mismo confianza.

Una opción que también barajan los propios españoles con una alta formación. Así lo pone de manifesto otro estudio elaborado por la consultora Adecco y la Universidad de Navarra, según el cual el 55% de ellos (hombres de entre 25 y 35 años, con formación en ingeniería, arquitectura, informática, medicina, biología e investigación científica) elegiría Brasil –junto a Alemania, Francia, Gran Bretaña, los Estados Unidos y Argentina– entre los seis países a los que emigraría por trabajo.

Datos del propio Instituto Nacional de Estadística confirman este interés, pues, si hasta enero de 2011 había 1,8 millones de españoles viviendo en el extranjero, de ellos, 92.260 están en Brasil, cifra que aumentó en 10.071 en el último año.


No todo son ventajas

Ahora bien, no todo parecen oportunidades. Para los encuestados, ese mismo país resulta menos atractivo que otros por varios motivos: la inseguridad, la falta de servicios públicos de calidad, la inestabilidad económica y jurídica para poner en marcha un negocio propio o la distancia de sus lugares de origen… Inconvenientes que ratifica el Gobierno español a través de su Departamento de Emigración, que desvela carencias en los sistemas de seguro de desempleo, las redes públicas de salud y educación o la legislación laboral.

En un informe oficial presentado en mayo tras una visita a Brasilia, su directora general, Pilar Pin, reconocía que el país latinoamericano “tiene un enorme potencial con inminentes eventos como la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos y las obras para el suministro de energía, protección ambiental y turismo”.

Sin embargo, su legislación sobre implantación de empresas “es demasiado restrictiva. Nuestros trabajadores van con contrato por obra. Cuando se acaba, tienen muchas dificultades para establecerse por su cuenta”. A pesar de todo ello, un último dato confirma las altas expectativas: las autoridades brasileñas calculan que necesitan 1,9 millones de profesionales altamente cualificados, con las perspectivas laborales que supone.

Vida Nueva

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