La Palabra de Dios
Juan 16:5-11
Jesús dijo: "Pero ahora me voy donde Aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. Se han llenado de tristeza al oír lo que les dije, pero es verdad lo que les digo: les conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya, el Protector no vendrá a ustedes. Yo me voy, y es para enviárselo. Cuando venga él, rebatirá al mundo en lo que toca al pecado, al camino de justicia y al juicio. ¿Qué pecado? Que no creyeron en mí. ¿Qué camino de justicia? Mi partida hacia el Padre, ustedes ya no me verán. ¿Qué juicio? El del príncipe de este mundo: ya ha sido condenado".
Reflexiones sobre la lectura de hoy
* Existe tanto comentario en televisión, en la radio, en el internet o en la prensa escrita; hay tantas opiniones, juicios y valores. Me doy un tiempo para tomar en serio lo declarado por Jesús: que sólo el Espíritu Santo nos entregará el verdadero entendimiento del pecado, del camino de justicia y del juicio.
* Los discípulos son frágiles. Ellos caerán si Jesús los deja. Por tanto Él promete mandarles un defensor, “El Espíritu Santo” el que los defenderá. El Espíritu es para mí como un hermano o hermana mayor, poderoso e ingenioso. Yo no estoy solo, El Espíritu Santo es capaz de ayudarme en todo, no importa cuán débil e inútil yo me sienta.
* Ordenado o espontáneamente, el Espíritu Santo está presente en todas partes. El Espíritu desafía los valores falsos, de modo que la verdad y la bondad puedan prevalecer. Estoy destinada/o a ser portavoz del Espíritu.
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