Friday, May 11, 2012

Una sociedad católica española genera una rebelión de fieles en EE UU



La Sociedad de Jesucristo Sacerdote controla varias parroquias en Wisconsin

Los curas afiliados han impuesto valores ultraconservadores que molestan a los feligreses


Un grupo de curas afiliados a una entidad religiosa española está al borde de provocar un cisma en la diócesis de Madison, en Estados Unidos. Son ocho sacerdotes de laSociedad de Jesucristo Sacerdote,fundada por el murciano Alfonso Gálvez en 1980, que han impuesto a sus fieles, en Wisconsin, un retroceso al catolicismo más tradicionalista, celebrando misas en latín casi a diario, prohibiendo la presencia de mujeres en labores de servicio en el altar e imponiendo estrictos códigos de vestimenta en las iglesias.
La tensión se ha vuelto insostenible en las parroquias de St. Mary y St. Augustine, en la pequeña localidad de Platteville (11.224 habitantes), a 95 kilómetros de Madison. La asistencia a misa en St. Mary se ha desplomado, llegando a ser sólo un tercio de lo que era hace tres años. Las donaciones han caído en casi la mitad. Tan poco es el dinero que recibe la parroquia ahora, que sus oficiales anunciaron recientemente el cierre, el próximo verano, de una escuela dependiente de ella, abierta hace 77 años, en la que estudia un centenar de niños de primaria.
Los fieles de Madison acusan a los párrocos de esa Sociedad de plagar sus homilías de ideas radicales. Los curas han prohibido los pantalones y faldas cortos en misa. A las futuras novias les recomiendan que no lleven vestidos que dejen hombros al aire. Exigen a los feligreses que reviertan vasectomías y ligamientos de trompas. Critican cualquier tipo de anticonceptivo, incluso los que sean médicamente necesarios, por ser grave pecado. Le niegan la comunión a aquellos que no se hayan confesado. Y, según algunos feligreses, les preguntan a los niños en el confesionario si se masturban. Esas quejas se vieron reflejadas ampliamente en 2009 en el diario local Wisconsin State Journal.
EL PAÍS ha contactado en cuatro ocasiones con dos de los miembros de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote en Wisconsin, los padres Faustino Ruiz y Jared Hood, destinado a Sauk City. Ambos rechazaron explicar sus actividades. Ruiz tachó las críticas de “mentiras”. Un portavoz de la diócesis de Madison, Brent King, dijo en un correo electrónico que “la diócesis ha decidido no hacer más comentarios sobre esta historia y las tristes noticias de Platteville, Wisconsin, sobre estos padres de fe”. Como el obispo, la diócesis fierra filas en torno a los polémicos curas.
La guerra abierta de los fieles contra los nuevos curas viene de largo. En 2009, cuando dos de ellos -Ruiz, que es de España, y John del Priore- llegaron a la localidad de Platteville, 400 de los 900 fieles católicos de la ciudad enviaron una carta al obispo, monseñor Robert Morlino, pidiendo su relevo. Éste les contestó con firmes negativas en varias misivas. En la última, del 25 de abril, acusó a los propios fieles de chantaje y de distanciarse de dios al reducir los donativos. “No son los feligreses quienes pueden despedir a curas en la diócesis de Madison”, asegura en ella.
El obispo Morlino, que supervisa 132 iglesias en el área de Madison, invitó a los curas en 2006, ante la falta de vocaciones. Comenzaron a hacerse cargo de Sauk City (3.109 habitantes), donde impusieron ya las mismas reformas ultraconservadoras que luego llevarían a Platteville. También están presentes en Nueva Jersey, donde en 1991 el padre Gálvez fundó un colegio. En 2009, la Sociedad llevó a Wisconsin a una quincena de mujeres consagradas, procedentes de España, Chile, Ecuador y Perú. A diferencia de las monjas, las mujeres consagradas hacen promesas -no votos- de pobreza, castidad y obediencia.
La Sociedad de Jesucristo Sacerdote fue fundada como pía unión, y pasó a convertirse en una asociación de fieles en 1986. Gestiona el colegio privado Shoreless Lake School en Totana, Murcia. Su fundador, el padre Gálvez, ha escrito varios libros, en los que acusa a las jerarquías eclesiásticas en los tiempos del Concilio Vaticano II de imponer unas ideas progresistas que han provocado una grave crisis de identidad en la Iglesia. En una autobiografía de 1994, traducida al inglés, dice que entonces Roma “se vio invadida por la teología protestante progresista y varias corrientes de la ideología marxista”.
En un volumen de 2009 critica los Encuentros Internacionales de Juventud, tan gratos al anterior Papa, Juan Pablo II, por estar infiltrados “por grupos de activistas promotores de la homosexualidad y del lesbianismo; así como también [por] las sectas protestantes y propagandistas judíos”. En su autobiografía, Gálvez se confiesa un admirador del Opus Dei, se queja del “complejo de inferioridad frente al mundo que comenzó a asaltar a la Iglesia en la década de los años 60” y añade que la “Iglesia debe tener en cuenta la tradición cuando se enfrenta a los desafíos del mundo moderno”.
En una Iglesia Católica diezmada por los casos de abusos a menores -varios de ellos en Wisconsin-, la respuesta del obispo Morlino a la espantada de fieles y vocaciones es regresar a los valores tradicionales, previos al Concilio Vaticano II. La Sociedad de Jesucristo Sacerdote se dedica con especial empeño a atraer a personas jóvenes a los rangos de la iglesia. El problema para los fieles de Wisconsin, que se han quejado de sus métodos reiteradamente, es que con tal de lograr más curas, el obispado está dejando los bancos de las parroquias vacíos.
El País

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