En San Siro el vademécum del papa a los confirmandos: “No seáis perezosos. Uniros a Cristo y sed santos, tendiendo siempre a ideales elevados"
GIACOMO GALEAZZIMILÁN
Sonrisas del Pontífice y coros en las gradas, emoción y conmoción, como una redición, en estilo ambrosiano, de la Jornada Mundial de la Juventud. En el estadio “Meazza”, Benedicto XVI ha abrazado a todos los jóvenes que este año han recibido o están a punto de recibir el sacramento de la Confirmación.
Introducido con la presentación del arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola, y los discursos de bienvenida de Don Samuele Morelli, responsable de la Pastoral Juvenil, sección jóvenes, de la Diócesis, y del pequeño Giovanni, un representante de los jóvenes. Seguido por el espectáculo de los jóvenes y el saludo de los futbolistas Baresi, del Milán, y Zanetti, del Inter. La proclamación del evangelio del cardenal Scola. Y, por último, el Papa ha pronunciado un discurso que es una catequesis para los jóvenes del tercer milenio globalizado.
«No creáis a quien os diga que a vuestra edad no se puede tener aún la vocación». Hablando, sin guiones, en el Estadio Meazza, el Papa ha iniciado con estas palabras, dirigiéndose a los 80 mil jóvenes apasionados que participan a la «fiesta de los confirmandos». «Yo mismo – ha explicado – no podría decir que oyera la llamada durante la confirmación, pero seguramente empecé a oírla cuando era un joven como vosotros ».
Un llamamiento para decir «sí» al Evangelio de Jesús. Un «sí» libre y consciente. "El sacramento de la Confirmación reafirma el Bautismo y os infunde, con abundancia, el Espíritu Santo - explica Joseph Ratzinger-. Vosotros mismos, ahora, llenos de gratitud, podéis acoger sus grandes dones que os ayudan, en el camino de la vida, a ser testigos fieles y valientes de Jesús. Los dones del Espíritu son realidades estupendas, que os consentirán formaros como cristianos, vivir el Evangelio y ser miembros activos de la comunidad". La vida cristiana es "un camino, es como recorrer un sendero por un monte, en compañía de Jesús".
Las palabras de Benedicto XVI son como un vademécum para los jóvenes: “No seáis perezosos, sino jóvenes comprometidos, especialmente en el estudio". Este es "vuestro deber cotidiano y una gran oportunidad para crecer". Por lo tanto "sed disponibles y generosos con los demás, venciendo la tentación de centraros en vosotros mismos, porque el egoísmo es el enemigo de la alegría".
Además "si disfrutáis ahora de la belleza de formar parte de la comunidad de Jesús, también podréis contribuir a su crecimiento y sabréis invitar a los demás para que formen parte de ella.” Por esto, permitidme decir que el Señor, cada día, incluso hoy, aquí, os llama para grandes cosas". Además "abríos a lo que os sugiera y si os llama para que lo sigáis en el camino del sacerdocio o de la vida".
Por lo que "¡no digáis que no! ¡Jesús llenará vuestro corazón para toda la vida! Y por esto, el Papa dice a los jóvenes, con fuerza: “¡Tended a ideales elevados, sed santos! Pero, ¿se puede ser santos a vuestra edad? Os respondo: ¡claro que sí! También lo dice San Ambrosio, “gran Santo de vuestra ciudad, en su obra: «Cualquier edad es madura para Cristo». Y, sobre todo “lo demuestra el testimonio de muchos Santos de vuestra edad, como Domenico Savio o Maria Goretti". La santidad es la vía normal del cristiano: "No está reservada a pocos elegidos, sino abierta a todos”. Todo ello “con la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Y con la guía de nuestra Madre María. Jesús nos confió a ella, antes de morir en la cruz". El Papa invoca a la Virgen María para que “ampare siempre la belleza de vuestro «sí» a Jesús, su Hijo, el grande y fiel Amigo de nuestra vida"
La “ola” de los jóvenes ha acompañado, en el estadio de San Siro, el encuentro con los confirmandos de la diócesis, que al ser decenas de miles han abarrotado la entera estructura deportiva considerada como “la Scala del fútbol”. Aquí, el Papa, además de pronunciar un discurso, también ha recitado el Ángelus. Por la tarde, está programado el encuentro con las autoridades en la Sala del Trono del Arzobispado: un momento en el que se espera que el Papa hable de la tutela de la familia y de la vida, además de la salvaguarda del reposo en los días de fiesta.
Por último, a las 20.30, en el Parque de Bresso, la "fiesta de los testimonios", es decir la vigilia con las familias, con momentos de diálogo entre el Pontífice y los participantes en el encuentro mundial, en el mismo lugar donde mañana por la mañana, Ratzinger celebrará la misa final, donde se espera la participación de más de un millón de fieles.
Vatican Insider
No comments:
Post a Comment