"Fue un precursor de la paz en Guatemala. Creo que gran parte se la debemos a él de que haya terminado el conflicto armado", expresó el presidente Otto Pérez, quien asistió a la misa.
"Venimos desde muy temprano para darle el adiós al cardenal, un hombre que dio todo por Guatemala", dijo a la AFP Rosario Vásquez, que viajó desde Zacapa, unos 170 km al este de la capital.
Designado cardenal el 21 de octubre de 2003 por el papa Juan Pablo II, presidió entre 1987 y 1993 la Comisión Nacional de Reconciliación, promotora del diálogo entre el gobierno y la ex rebelde Unidad Nacional Revolucionaria de Guatemala (URNG).
Su mediación derivó en la firma, el 29 de diciembre de 1996, del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, el cual puso fin a un conflicto armado interno que dejó 200.000 muertos o desaparecidos, según un informe de la ONU.
"Más allá de los pueblos y de las razas, de la riqueza y la pobreza, de las lenguas y la cultura; la Iglesia debe ser capaz de ofrecer la reconciliación en Cristo, que es nuestra paz. Siempre debe estar dispuesta a ir hacia los demás, en misión permanente, especialmente hacia los más pobres y necesitados"
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