El ex mayordomo, confirmó el padre Lombardi, sigue siendo el único bajo investigación. Y podría ser condenado a 8 años de cárcel
ALESSANDRO SPECIALECIUDAD DEL VATICANO
Esta mañana comenzaron los interrogatorios “formales” de Paolo Gabriele. El ex asistente de cámara del Papa Benedicto XVI imputado en el proceso vaticano por la fuga de documentos confidenciales. El mayordomo del Pontífice estuvo acompañado por sus dos abogados, Carlo Fusco y Cristina Arru, y fue interrogado por el jues instructor vaticano, Piero Antonio Bonnet, ante la presencia del promotor de justicia (prácticamente el ministerio público del Vaticano), Nicola Picardi.
El padre Federico Lombardi confirmó la noticia sobre el inicio formal del interrogatorio. Pero no dijo nada sobre los contenidos del mismo, sigiliado por el secreto instructorio. En una declaración que difundieron sus abogados tras su arresto, Gabriele había manifestado la propia disponibilidad para colaborar con los inquirentes. El ex mayordomo, por ahora, sigue siendo el único sujeto bajo investigación, subrayó Lombardi; los jueces, explicó el padre jesuita, no han enviado ninguna petición de rogatoria internacional a Italia para llevar a cabo investigaciones en el territorio italiano o sobre ciudadanos italianos.
Los tiempos de la investigación no serán breves, por lo que parece. La fase instructoria (en la que se encuentra en este momento el proceso en contra de Gabriele) no tiene una duración limitada, explicó esta mañana Paolo Papanti Palletier, uno de los jueces del tribunal de primera instancia vaticano, que sostuvo una amplia conversación con los periodistas sobre el sistema penal del Vaticano.
Papanti Pelletier, profesor de derecho civil en la Universidad de Tor Vergata de Roma, no está directamente involucrado por ahora con el caso Gabriele. El tribunal del que forma parte, compuesto por tres personas y presidido por el rector de la Universidad, Giuseppe dalla Torre, será llamado solo si el juez instructor Bonnet decide reenviar el juicio con una sentencia. El proceso sería público, mientras las actas de la fase intructoria permanecen en secreto.
Gabriele, de cualquier manera, no permanecerá en la cárcel indefinidamente para esperar el proceso: la custodia cautelar en el Vaticano dura, como máximo, 50 días, a los que eventualmente se pueden añadir otros 50. Como es sabido, el ex mayordomo papal se encuentra en una de las cuatro celdas de seguridad dentro del cuartel general de la Gendarmería vaticana: habitaciones «muy dignas» con ventana, baño, escritorio y un crucifijo de alrededor de 4 por 4 metros.
Según el código penal vaticano (que retomó el código italiano Zanardelli de 1889), Gabriele podría ser condenado a un máximo de 8 años de cárcel por el delito que se le acusa, al que se podrían añadir otros delitos “accesorios”, como la «revelación de secreto político», castigable con hasta 3 años de cárcel. La pena, si se confirma en los tres grados del juicio, la cumpliría en una cárcel italiana, según lo que establecen los Pactos Lateranenses. Sería así, naturalmente, si el Papa Ratzinger decide no concederle la gracia.
Vatican Insider
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