El permanente Adviento de los pobres
Los pobres y su mundo sufren una constante discriminación
(Eugenio Pizarro).- Comenzamos Adviento. Es un tiempo muy rico para nuestra vida cristiana, tanto interior como exterior, tanto hacia el mundo, hacia "todo y todos". Como así, por los demás, siempre debe ser.
Ya antes hemos dicho que significa "todo y todos" según Pablo VI en "Evangelización en el mundo contempóraneo". Y el mismo Papa, de feliz memoria, remacha: "Nada de la experiencia humana es ajena a la Evangelización. En este Adviento no olvidaremos que debemos Encarnar al Verbo "según los signos de los tiempos" (Vaticano II).
Adviento es un tiempo litúrgico de unaEsperanza grande. Esperamos al que es la razón de nuestra existencia... "Por quien vivimos, nos movemos, existimos y morimos". Jesús está a nuestra puerta personal y social. Quiere entrar en nosotros y en el mundo todo. Quiere nacer en este año, teniendo "un lugar en la posada" en el mundo y en cada uno de nosotros. Quiere venir a salvar y no a condenar, tan en boga en nuestra sociedad: nos gusta ser jueces y "mirar la paja en ojo ageno y no la viga en el nuestro".
Cada año es posible una Navidad personal y social. Es cierto que Jesús vino históricamente, por eso hay gente que habla del 'cumpleaños de Jesús'. Pero Jesús viene y está viniendo siempre, por eso, en esta Navidad resurge nuestra Esperanza hacia un Jesús que nos traerá nuestra liberación. Siempre hay que estar vigilantes, ocupados siempre en las tareas del Reino. "El Reino está en medio de vosotros". Está instaurado e inaugurado por Jesús. Jesús es el Reino. Nos corresponde a nosotros proseguir, haciendo nuestro a Cristo y su Evangelio, construyendo el Reino aquí y ahora, para que Cristo le dé su plenitud cuando Él venga definitivamente, cuando Él quiera y no cuando se le ocurre a algunos, metiendo miedos, con presagios catástróficos.
Como se ha podido ver hay tres niveles de Adviento. El Jesús que vino, que viene y que vendrá. El Señor hace explícito los tres, y de todos estos tres, debe preocuparse nuestro Adviento. Pero, hoy, en estos tiempos que vivimos, queremos insistir especialmente en Jesús que está viniendo para esta Navidad... esperamos un Nacimiento hoy. Queremos una verdadera Navidad. Si hablo de Nacimiento, es porque , me parece que lo que más le importa a Jesús de parte nuestra - y por eso viene - es que cada uno, que nuestra familia, barrio y nuestra sociedad, "todo y todos", lo reciban, y se tendrá un gran Nacimiento.
Cristo ya nació en la historia. Ahora, en esta historia nuestra, nos toca nacer a nosotros con Cristo; que haya un nacimiento personal y social.
Cristo ya nació en la historia. Ahora, en esta historia nuestra, nos toca nacer a nosotros con Cristo; que haya un nacimiento personal y social.
Hablamos de un tiempo de Esperanza que nos da la promesa decisiva de nuestra liberación. Pero no podemos olvidar, que nuestra Esperanza también significa un compromiso de Conversión, nunca acabada. El Reino de justicia, paz y fraternidad que Jesús nos trae no se hará sin nuestra fidelidad a esos valores. Esto supone una profunda Conversión.
Y en este tiempo de Esperanza y Conversión, el Evangelio de hoy, nos habla de Vigilancia. "Enderécense y levanten sus cabezas , pues habrá llegado el día de la liberación"... "Estén alertas...
Por eso estén vigilando y orando en todo tiempo... La vigilancia es importante en la Evangelización de Jesús. Es una actitud nuestra necesaria para "discernir en los signos de los tiempos" la presencia de Jesús, a veces desconcertante, y a veces apenas percibida, en los sucesos de nuestra vida.
Entonces, en Adviento, Esperanza, Conversión, Vigilancia y Oración.
Pero este Adviento tiene una especial connotación para los pobres ( esa es la palabra: 'pobres' y no 'vulnerables': que no se esconda y se le baje el perfil a la problemática real, que nos hace llamar pobres a los pobres ; ellos además, igual que cualquiera, son 'vulnerables' ). Los pobres y su mundo sufren una constante discriminación, opresión y escandalosa injusticia, que clama al cielo: "Desde el seno de los diversos países del continente está subiendo hasta el cielo un clamor cada vez más tumultuoso e impresionante. Es el grito de un pueblo que sufre y que demanda justicia, libertad, respeto a los derechos fundamentales del hombre y de los pueblos". (Puebla 87). Y continúa:
"La Conferencia de Medellín apuntaba... la comprobación de este hecho: " Un sordo clamor brota de millones de hombres (y mujeres), pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte". (Pobreza de la Iglesia, 2).
"El clamor pudo haber parecido sordo en ese enonces. Ahora es claro, creciente, impetuoso y, en ocasiones, amenazante". (Puebla 88 y 89).
Es un clamor, en un permanente Adviento de los pobres. Es una constante y espectante espera de un Adviento de amor, justicia, solidaridad y fraternidad.
En estos últimos años, es una espera activa: un Adviento activo. Hay una mayoría naciente que está manifestándose pacíficamente a una minoría que los tiene secuestrado. Se han organizado en distintos momentos y lugares de la vida de nuestro país, con unión, organización y movilización, exigiendo 'esa liberación que nos les llega de ninguna parte'.
Adviento es un compromiso vigilante de todos, buscando la liberación integral. La esperanza de Adviento no es "espiritualista", ni de omisión y evasión enajenante ante el "pecado social" que sufren tantas familias y sectores pobres de Chile. Es obligación del hombre y la mujer construir con eficacia esperanza en la historial real de los pobres de Chile. La esperanza es un don de Navidad para los pobres, pero también debe hacerse con nuestro compromiso eficaz atento y vigilante, prueba de nuestra conversión al mundo de los pobres. La esperanza debe ser testimoniada, dando signos concretos de liberación en Cristo.
Se trata de anunciar buenas nuevas para el pueblo, de liberación; de un 'Nacimiento' para el perdón de los pecados y para su liberación de toda servidumbre humana. Tenemos que ser prueba fehaciente de esa liberación que Jesús nos trae: "¿Eres tú el Mesías o debemos esperar a otro? Recordemos la respuesta de Jesús (ninguna clase de teología, economía, salud, etc.) sólo hechos concretos:
"Vayan y cuéntele a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una buena nueva llega a los pobres".
(Mateo 11, 4-6).
"Vayan y cuéntele a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una buena nueva llega a los pobres".
(Mateo 11, 4-6).
Y sin olvidar a Virgen María en su Adviento, esperando a su Hijo, y anunciando las promesas del Mesías que ella engendraría: "Derribará del trono a los poderosos y enaltecerá a los humildes. Colmará de bienes a los hambrientos y despedirá a los ricos con las manos vacías". (Magnificat). Es inspiración, entre otros textos, de la Teología de la Liberación. De la verdadera. No de la caricatura que se hace interesadamente de ella, para después criticarla y condenarla, respondiendo a intereses mezquinos. Hasta hoy, la Iglesia nunca la ha condenado. Al contrario Juan Pablo II, viendo la situación de pobreza, y recordando ciertas Instrucciones, especialmente aquella Universal sobre Libertad Cristiana y Liberación, a Obispos de Brasil, dijo: "Esta última dirigida a la Iglesia Universal, tiene para Brasil un innegable relieve pastoral... y después de algunas consideraciones necesarias, dijo: "estamos convencidos, Nosotros y Ustedes, de que la Teología de la Liberación es, no sólo oportuna, como útil y necesaria". (Carta de Juan Pablo II a Obispos del Brasil . 09.04.86).
Se trata de la Teología que proviene del Reino, del plan de salvación, de la liberación integral, por tanto no sólo de "almas", sino del "hombre todo y de todos los hombres".
Estemos, en este Adviento, en vigilia, mostrando que la hora de Dios está llegando especialmente para los pobres y oprimidos, con muy poca esperanza por sus sufrimientos permanentes.
Entonces, diremos: se trata de un Adviento de compromiso, para llevar adelante en "todo y en todos", la liberación de Jesús, que ya está entre nosotros, llamándonos a la conversión a Dios y al hermano, especialmente al pobre. Que nuestro Adviento 2012 sea más necesario que nunca, con Oración, Esperanza, Conversión, Vigilancia y Compromiso de Liberación con los pobres.
Estemos, en este Adviento, en vigilia, mostrando que la hora de Dios está llegando especialmente para los pobres y oprimidos, con muy poca esperanza por sus sufrimientos permanentes.
Entonces, diremos: se trata de un Adviento de compromiso, para llevar adelante en "todo y en todos", la liberación de Jesús, que ya está entre nosotros, llamándonos a la conversión a Dios y al hermano, especialmente al pobre. Que nuestro Adviento 2012 sea más necesario que nunca, con Oración, Esperanza, Conversión, Vigilancia y Compromiso de Liberación con los pobres.
RD
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