El miércoles por la tarde partió de Pescopennataro, mientras la nieve emblanquecía los tejados y las calles del pueblo. Todo según el más clásico de los guiones navideños para el árbol que este año ha regalado al Papa el pequeño centro molisano de la provincia de Isernia. El imponente ejemplar de abeto blanco, de 25 metros de altura, llegó a la plaza de San Pedro en el Vaticano a primera hora del 6 de diciembre y fue alzado junto al Belén que se está construyendo en el centro de la columnata de Bernini. El domingo pasado se procedió al desarraigo del árbol en la zona del «Bosque de los abetos sopranos», área que se cuenta entre los sitios de importancia comunitaria con una extensión de más de 3.000 hectáreas (1.000 de ellas con abetos en estado puro) en el alto Molise, entre las localidades de Sant'Angelo del Pesco, Agnone y el mismo Pescopennataro. Gracias a una grúa proporcionada por la Protección civil regional, el árbol – envuelto en una red para preservar sus ramas – fue colocado en un vehículo de unos 30 metros de longitud rumbo al Vaticano, un trayecto que duró toda la noche. Después de las operaciones de posicionado y elevación, los trabajos de decoración del abeto comenzarán el lunes 10. Para esta ornamentación, a cargo de la dirección de los servicios técnicos de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se colocarán 1.800 esferas de colores. Y las luces serán estrictamente de ahorro energético, con el uso de 2.500 led blancos y amarillos. La ceremonia de encendido está programada para la tarde del viernes 14.
L'Osservatore Romano
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